Pastor alemán, pura versatilidad
La fidelidad y eficacia son señas de identidad de esta histórica raza
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Los Pastores Alemanes poseen una serie de características que lo distinguen de otras muchas razas. En 1891 se formó un colectivo cuyo objetivo fue organizar y normalizar la variedad que hasta entonces se conocía de perros pastores, consiguiendo un estándar de características fijas. La asociación tuvo una vida corta, de unos pocos años, pero el objetivo que se había marcado continuó presente en la figura de Max von Stephanitz, considerado el padre de la raza. El lema que se mantuvo desde un principio fue el de «crear un perro altamente dotado de inteligencia, eficiente y con una construcción perfecta».
En 1885 nació un ejemplar clave, Horand von Grafrath que, seleccionado por sus excelentes cualidades en cuanto a guardia y trabajo, se convertiría en el pilar de la raza. Mediante una adecuada gestión genética se lograron potenciar las características deseables. Los atributos de inteligencia, fiabilidad, resistencia y coraje pronto le otorgaron un valor único a la raza. Se formó así un animal fuerte, leal y útil, capaz de ayudar en todo tipo de servicio.
En cuanto a su historia
El Pastor Alemán tomó auge como raza debido al empleo de un gran número de ejemplares sujetos a un adiestramiento táctico durante la Primera Guerra Mundial. El ejército alemán disponía de una perfecta organización de unidades caninas de guerra, combatió con 280.000 sujetos, de los cuales el mayor porcentaje resultaban Pastores Alemanes. El adiestramiento de la raza le había hecho competente para todo tipo de tareas bélicas, como los centinelas de avanzadillas cuyo tarea consistía en colaborar con los soldados centinelas previniéndoles mediante golpes de su hocico contra la pierna izquierda del soldado de la proximidad del enemigo (captando cualquier ruido extraño producido en un radio de 400 metros). También como auxiliares de patrullas que actuaban como exploradores o avanzadillas, se disponían en primera línea seguidos de las patrullas y estaban preparados para poner en alerta a las mismas en cuanto a enemigos en el campo de batalla así como para entrar en ataque del enemigo (su ferocidad estaba potenciada al máximo). Otra de sus características es el servicio de enlace que permitían la comunicación constante entre la línea de fuego y la retaguardia por medio de partes informativos que estos portaban a través del campo de batalla en las condiciones más desfavorables; así como los perros sanitarios que gracias a su excelente olfato, a su increíble facultad auditiva y a su gran capacidad de orientación eran altamente eficaces en cuanto a la localización de heridos (resulta llamativo el hecho de que los perros sanitarios desconocían el concepto de enemigo al contrario que los perros centinela o enlace). Cuando por fin llegó la paz estos nobles animales pudieron desfilar junto a los soldados siendo aclamados por sus heroicas hazañas.
El gran expediente que se aseguró el Pastor Alemán durante estos años le acreditó como una raza única por en cuanto se mostró versátil, eficaz y fiel. Lo que animó a os expertos a su perfeccionamiento.
Actualidad
El Pastor Alemán actual es criticado debido a como se ha ido alejando del canon ideal que en un principio von Stephanitz había ideado y asentado. La cría de los mismos debería concebirse como para perros de trabajo, y debería ser estrictamente controlada para eliminar los posibles defectos.
La cría indiscriminada, sin escrúpulos y sin ningún tipo de consideración ha dado lugar a la promoción de distintas enfermedad y defectos en los animales actuales.
Mientras que bajo el estricto y supervisado cuidado ejercido por von Stephanitz durante la cría los defectos eran rápidamente eliminados; en la actualidad sin regulación en la cría se ha conseguido el desarrollo de problemas genéticos, tales como la displasia de cadera (una plaga hoy en día para la raza), colores inadecuados de pelaje, debilidad de temperamento, falta de piezas dentales u orejas mal formadas que nunca llegan a erguirse correctamente.