mercados
la informática relega hoy en día a los tradicionales operadores de mercados, cada vez menos, que negocian a voz en grito
Compra! ¡Vende! Los operadores de bolsa que negocian a voz en grito son una especie en peligro de extinción. Hoy, la inmensa mayoría de las operaciones bursátiles se realizan a través sistemas informáticos que relega a la categoría de curiosidad una tradición que, sin embargo, sigue configurando la imagen colectiva tanto del broker como de los propios mercados de valores.
Los corros en los que se compraba y vendía a viva voz fueron la manera principal de operar en el mercado bursátil hasta que, en 1977, el Toronto Stock Exchange desarrolló e implantó el ‘Cats’ (‘Computer Assisted Trading System’, Sistema de compraventa asistido por ordenador), un sistema que automatizaba el proceso de establecer el precio de mercado y, en definitiva, de procesar oferta y demanda. Desde los años 80, éste y otros sistemas informáticos implantados por todo el mundo han revolucionado y acaparado las operaciones bursátiles hasta hacer desaparecer, o casi, la necesidad de las carreras y los gritos en el parqué.
Muchos de los grandes mercados de valores aún mantienen la negociación a viva voz. El New York Stock Exchange (NYSE) de Wall Street, la bolsa más importante del mundo, conserva su sistema de ‘corros’ y lo compatibiliza con las transacciones electrónicas a través de su ‘Sistema Híbrido’. Pero el volumen de negocio de los operadores bloc en mano y grito en boca no frena su caída e, inevitablemente, su importancia. En el 2006 y 2007, Wall Street cerró dos de sus salas dedicadas a la negociación tradicional. Otros tantos han abandonado definitivamente los viejos tiempos y confían todas sus operaciones a los ordenadores. En general, los operadores tradicionales representan menos del 1% del total diario que se juega en renta variable.
El 10 de julio del 2009 las bolsas españolas abandonaron definitivamente la negociación de valores en corros, un sistema que perduraba desde que el 20 de octubre de 1831 abrió la Bolsa de Madrid. Su declive comenzó dos décadas antes, cuando se implantó el Sistema de Interconexión Bursátil Español (Sibe), la versión nacional del Cats canadiense.
La historia de los mercados de valores, que surgen en el siglo XVIII al amparo de las democracias liberales, es la historia de la economía del mundo moderno, de la sofisticación de los mercados financieros, de la globalización y de una creciente complejidad bajo la que se negocia un volumen de capital 10 veces superior al producto interior bruto del planeta entero.
Un mundo de apuestas, derivados, futuros, fondos, acciones, subidas y bajadas que ponen cifra a la situación anímica y económica de países y empresas. Un teatro que mantiene al planeta en vilo de apertura a cierre.