minas

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Minas con nombre de mujer. Los hombres del carbón dedicaban las concesiones a sus esposas, hijas o, simplemente, evocaban la riqueza que buscaban en las entrañas de la tierra. Conchitín fue bautizada una concesión de wolframio en Ponferrada, el mineral que le dio a la capital del Bierzo el sobrenombre de la Ciudad del Dólar.

Carmen y las Abundantes sería un buen nombre para una orquesta femenina, pero son unas concesiones mineras en la cuenca de Sabero donde hace ya más de 20 años que dijeron adiós al carbón. La minería en León es hoy un castillete oxidado, una línea de baldes varada en el aire como un barco naufragado, un ferrocarril minero sin trenes y muchos hombres sin tajo.

La lucha minera fue el último rescoldo del movimiento obrero de la era industrial. Lo apagaron en Madrid después de una larga marcha a pie desde las cuencas de todo el país. Nada ha mejorado desde entonces para los mineros ni para España. Y menos aún para León, donde las cifras del paro están fuera de la finca de brotes verdes de Mariano Rajoy.

No se moverá

T odo ha ido a peor. Pero el presidente no se moverá. Seguirá de candidato y quiere que la Constitución sea intocable. Está amarrado al timón, simulando que maneja el barco. Pero el barco, en realidad, está varado. Anclado con un lastre de corrupción que ni un un mal viento electoral podrá arrancarnos de cuajo. No dijo lo mismo cuando le llamó Zapatero para ventilarse a dúo y, sin encomedarse a nadie más, el artículo 135 de la Constitución que puso los cimientos a la política de recortes y que ha convertido a la Constitución en papel mojado.

Las mujeres hemos avanzado mucho desde los tiempos de aquellos pioneros del carbón en la provincia pero la sensación de que vivimos tiempos de retroceso está en todas las esferas. E incluso en la era Zapatero, todo hay que decirlo. Pedro Sánchez, el nuevo líder del PSOE, no sólo pretende restaurar el 135 sino que quiere llegar a la cima arrimándose a Jesús Calleja en una versión un tanto histriónica de su desafío extremo. Pero las mujeres brillaban por su ausencia en el acto en el que presentó su plan económico. Un mal plan, sin duda. De este atolladero no se sale sin las mujeres, ni sin los muchos sectores productivos que están feminizados incluidos los cuidados familiares y trabajos domésticos. La famosa conciliación.

Cacería de machos alfa

En la televisión pública tampoco quieren a las mujeres. Invitan a Pablo Iglesias a un programa en el que no aparece ni una sola periodista, mientras mantienen en la parrilla de máxima audiencia a una que presume de ignorante. La operación de acorralamiento al líder de Podemos es protagonizada por una jauría de machos alfa en la tertulia de La Noche en 24 horas. Y para que quedara constancia de su testosterona uno llegó a decir que «el primero que saca el Colt es el que se lleva a la rubia». Como en las películas del Oeste.

El mal trato a las mujeres en la vida pública es contagioso y además es gratis. A Tania Sánchez, la vencedora en las primarias de Izquierda Unida en Madrid, intentan reducirla al papel de novia de la película para aniquilarla políticamente. Cuanto más se tambalea el Exin Castillos del poder establecido, también del patriarcado, más se acusan los postureos histriónicos. Y la violencia goleadora.