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En general, el mes de mayo no ha sido malo para los mercados de valores. Han subido con franqueza las bolsas de Estados Unidos y tampoco lo ha hecho mal la de Tokio, aunque se ha frenado en los últimos días. En las primeras se han contabilizado varios máximos históricos en las ultimas semanas, tanto en el índice Dow Jones de valores industriales como el índice largo S&P 500. Por su parte, la Bolsa de Tokio se ha codeado con niveles que no se veían desde hace más de cinco años. Por el contrario, las bolsas españolas han operado con mayor tibieza. El índice Ibex 35 acaba el mes de mayo ligeramente por debajo de los niveles en los que finalizó abril. Los inversores españoles dudan y, de hecho, se han tomado un momento de respiro para valorar si las anteriores subidas son sostenibles.
Ahora se trata de saber si este frenazo se debe a una parada y fonda, a un ataque de vértigo, a un periodo de reflexión antes de decidir la tendencia futura o, simplemente, a un momento de descanso antes de retomar la senda alcista. Cada vez son más numerosos los expertos que consideran que la corrección no ha dañado los soportes subyacentes. Es decir, la tendencia a medio plazo sigue siendo alcista, sobre todo en los mercados de EE.UU. y, con mayores matizaciones, en la Bolsa española. Algunos expertos consideran que las bolsas de los países periféricos europeos todavía pueden dar muchas satisfacciones en los próximos meses. Pero en el corto plazo, puede pasar de todo.
Los deslucidos datos de crecimiento que han publicado en la eurozona y las pobres previsiones que maneja la Ocde para el Viejo Continente han aumentado las expectativas de que el Banco Central Europeo vuelva a bajar en breve el precio del dinero o, al menos, el tipo que aplica a sus depósitos. Pero los mercados quieren ver el lado bueno de lo malo. Lo bueno, que seguramente habrá dinero más barato durante más tiempo. Lo malo, que efectivamente la economía europea se muestra muy perezosa y no consigue reaccionar. Los mercados han descontado ya casi todas las buenas nuevas. Por eso, la subida de las bolsas parece muy frágil, al menos en el cortísimo plazo, ya que cualquier piedra en el camino puede hacer descarrilar la tendencia alcista de los mercados. Esa piedra en el camino, ese palo en los radios de la rueda, pueden venir de los datos de actividad en Estados Unidos o en China. El Fondo Monetario Internacional y no pocos economistas han rebajado sus previsiones de crecimiento de la economía china. Nadie descarta, ni siquiera los más optimistas, que las bolsas puedan sufrir con cierta intensidad en el corto plazo ante la confusa postura de Bernanke sobre la retirada de los estímulos. Podría producirse una corrección bursátil de cierta importancia. Por eso los inversores deben estar especialmente atentos en las próximas semana o meses por si se rompe esa tendencia alcista de medio plazo.