turismo

DAlrededor de tres millones de italianos se desplazan todos los años a diversos puntos de España en busca de sol, playa, buena comida, nuevos paisajes, monumentos y sobre todo, de más y variadas diversiones de las que ofrece Italia.

Así lo explica el español Carlos Fernández, de 61 años y quien fundó en Roma el touroperador Españamanía hace 19 años como una empresa familiar y ha visto cómo se ha transformado en un negocio más que rentable ante la creciente demanda de los italianos de viajar a varios puntos de España. Españamanía como su nombre indica, solo tiene un destino: España, y es el único touroperador italiano gestionado por españoles que factura alrededor de 15 millones de euros al año.

Según las estadísticas, el segundo destino vacacional de los italianos es España y el primero es Francia, «aunque es un dato engañoso —explica Fernández— porque muchos van y vienen en el día ya que comparten frontera con el país galo. Es como el caso de España y Portugal».

Fernández organiza viajes en los «puentes» de Todos los Santos, Fin de Año, la Pascua, el de la Hispanidad, en aviones chárter con la compañía romana Mistral Air. Pero es en verano cuando los italianos se lanzan a las islas del Mediterráneo español, como Mallorca, Ibiza y Formentera. «Esta última ya está repleta de italianos hasta el punto de que ondea ya una bandera italiana en el puerto», refiere Fernández. «En unos años Formentera dejará de ser un paraíso para unos elegidos —refiere el dueño de Españamanía— porque están entrando los touroperadores españoles con mucha fuerza».

El destino de Canarias para los italianos —según Fernández— se acabó hace veinte años a favor de la Península del Sinaí en Egipto. Sin embargo, tras las recientes revueltas en el norte de África los italianos están regresando a Tenerife y a Fuerteventura, en el archipiélago canario, en aviones «que vuelan hasta los topes» de llenos, afirma Fernández.

En cuanto a Barcelona, la Ciudad Condal fue descubierta hace muchos años por los italianos y miles de ellos ya se han instalado a vivir allí. La consideran «vital» desde el punto de vista cultural, social y comercial, además de «preciosa» y con mar, un elemento muy importante para los habitantes del país transalpino. «Es la ciudad por excelencia para los italianos, sin duda». asegura Fernández.