Citroën. Traction… Avant
90 años, 100 patentes… icónico ‘Traction’. Combinó las soluciones más modernas de la época: estructura monocasco, frenos hidráulicos, suspensión independiente… tracción delantera. Reconocible a primera vista, su distintiva silueta cautivó a cantidad de generaciones.
Un centenar… de patentes. El 18 de abril de 1934, Citroën presentaba en París el «7», a renglón seguido, ‘Traction Avant’ en referencia a su (entonces) revolucionario sistema de transmisión ‘todo delante’: motor y tracción delantera; se mantuvo hasta 1957 en los catálogos del ‘Chevron’ … y sigue inspirando a la marca.
Con nueve décadas de historia, el ‘Traction Avant’ —‘El Pato’ como se le conoció en España— se diseñó para causar una impresión duradera, con el objetivo de relanzar a Citroën, poniendo de relieve el innovador esp´´iritu de un fabricante pionero en la importación de automóviles a Europa en 1919 y que, en otras cosas, había inventado el vehículo semioruga (1921), la carrocería totalmente de acero (1924) y el motor flotante (1932).
El ‘Traction Avant’ reunía en un solo modelo las más modernas soluciones técnicas del momento: la tracción delantera, la estructura monocasco, los frenos hidráulicos y la suspensión independiente en las cuatro ruedas; así que, en su época, se le consideraba el coche con mejor comportamiento en carretera, el más seguro y el más confortable.
A lo largo de su vida comercial, ‘El Pato’ se benefició de infinidad de avances tecnológicos, que Citroën acabó plasmando en un centenar de patentes.
Su aerodinámico y distintivo estilo, inspirado en el Streamlime, lo convertiría rápidamente en uno de los modelos más emblemáticos del ‘Chevron’, que no sólo perduraría en el tiempo, también se convertiría en protagonista del imaginario reintegrantes de La Resistencia —bélica, ya saben—, policías y gánsteres que acabó perpetuándose en numerosas películas y hasta en inolvidable viñetas de ‘Las Aventuras de Tintín’.
Cuando a principios de 1933 se decidió sustituir los Citroën 8, 10 y 15 presentados en octubre de 1932, André Citroën se propuso causar sensación en el mundillo automotriz con el lanzamiento de un coche revolucionario; objetivo: ganar un par de años de ventaja para protegerse de los efectos de la crisis económica mundial de principios de los años 30, que también se dejaba sentir en Europa.
Aquel nuevo coche… causaría sensación: la carrocería monocasco totalmente realizada en acero eliminaba la necesidad de un chasis, rebajando sensiblemente el centro de gravedad del coche; la tracción delantera marcaba tendencias, como el motor de válvulas en culata con manguitos desmontables, el control hidráulico de los frenos, la suspensión con barra de torsión independiente en ambos trenes y la transmisión automática que, por falta de tiempo, no se montaría en los primeros modelos producidos en 1934.
El compacto conjunto de motor y caja de cambios, además del bajo centro de gravedad, permitían la máxima distribución del peso delantero; así, periodistas especializados y conductores en general quedarían ‘prendados’ del nuevo Citroën: nunca antes un coche había permitido una conducción tan segura y fácil en todas las condiciones; cualidades paulatinamente mejoradas por la adopción (junio de 1936) de la dirección de cremallera.
«7»… el pionero. El primer Traction’, el 7A —por su fiscalidad— arrancaba su producción el 18 de abril de 1934 animado por un motor tetracilíndrico de 1.303 c.c. y 32 CV. En junio de ese mismo año se lanzaba el 7B, con 35 CV (1.529 c.c.) y 9 CV fiscales, capaz de alcanzar los 100 por hora de velocidad máxima. En julio de 1934 la versión deportiva 7S o 7 Sport, alojaba bajo su capó un tetracilíndrico de 1.9 litros y 46 CV —11 fiscales—, que alcanza 115 por hora de punta.
Días antes del Salón de París, en septiembre de 1934, el 7B se sustituía por el 7C, con un motor aún más evolucionado: 1.6 litros, 36 CV y 100 por hora de velocidad máxima. Finalmente, en febrero de 1939, el 7C recibía un nuevo motor ‘7 Economique’, que reducía en un 10% su consumo de combustible. En la primavera de 1941… el «7» abrochaba su producción.
El «11»… una larga carrera. Lanzado en agosto de 1934, con la denominación «11A», adoptaba un motor de 1.9 litros y 46 CV, distinguiéndose del «7» por una carrocería más espaciosa (12 centímetros más ancha y 20 más larga), a la vez que también nacía la famosa versión «11 Ligero» —la más conocida en España— que adoptaba un acabado más alto y ‘lujoso’. Posteriormente, diversas actualizaciones del «11» montarían mecánicas de 56 CV, hasta que a mediados de los años 50 (1955) aparecerían los «11» B, BL y C dotados de un nuevo motor de 68 CV, que anticipaba los futuros ‘Tiburones’ DS 19 e ID 19.
En escasamente 23 años, se fabricaron 758.948 unidades de la totalidad de modelos; todo un récord en la época… todo un récord en la filosofía automotriz de Citroën.