Porsche Classic. Experiencia… artesanal
Con acceso a la historia de Stuttgart-Zuffenhausen
De padres… a hijos. De generación en generación, transferencia de conocimientos que acaban convirtiendo los clásicos de Porsche en coches de ensueño. Cuando estos profesionales se jubilan, podría quedar un vacío. El intercambio, y la transferencia, de conocimientos resultan muy valiosos para ‘Porsche Classic’, constituyendo un factor decisivo para su éxito.
Nombres propios. Tras formarse como técnico en mecatrónica de vehículos, Tobias Kariegus trabajó durante diez años en la cadena de producción de Porsche, lo que le serviría para entrar en el equipo de Restauración de Fábrica Porsche Classic, dedicándose a la reparación de cajas de cambio manuales antiguas, desde el modelo 356 hasta el 959. Medio año de formación fue todo su bagaje antes de que su padre, Klaus, se prejubilase con 62 años y le cediese el testigo.
En el proceso de restauración, se desmontan el motor y la caja de cambios, se limpian e inspeccionan por completo, sustituyendo las piezas defectuosas o desgastadas: «Encontrar la causa de la avería, es a menudo un trabajo de auténticos detectives», comenta Klaus, quien también se apoya en la experiencia recordando problemas anteriores.
Transferencia de conocimientos. La pareja que trabaja en el área de interiorismo, no puede ser más diferente: Peter Schwämmle (57 años) y con sólida formación de tapicero, comparte su pasión por los materiales exquisitos y la alta artesanía con su colega la joven Marem Siedentopf (22 años); sin embargo, les une su amor por la artesanía: «Crear algo único me llena de satisfacción —afirma Schwämmle— además de resultar muy agradable sentir el aprecio de nuestros clientes». Para Siedentopf, «cada puntada cuenta su propia historia; trabajando durante meses en un proyecto, pasamos a formar parte de ella».
El equipo de restauradores trabaja con herramientas originales, piezas de fabricación propia y los archivos de la empresa. Aunque lo más valioso está en su mente y en sus manos, una combinación de conocimientos técnicos y destreza artesanal con años de experiencia.
Tapizan en cuero fundas de asientos, cuadros de instrumentos, paneles de puertas… dos de sus tres máquinas de coser datan de los años 50: «El patrón de puntada es más bonito con las máquinas antiguas, más irregular, por lo que parece cosido a mano» —sostiene Peter Schwämmle—. Junto con la repujadora, son las únicas máquinas que se utilizan en las distintas restauraciones (carrocerías, pintura, tapicerías, motores y cajas de cambio…). Para los amantes de las curiosidades: un enorme archivador ‘custodia’ más de un millar de patrones de corte de las diferentes gamas de modelos.
Porsche Classic concede cada año ‘su sello’ a un máximo de diez deportivos clásicos restaurados en fábrica y homologados para circular por carretera.