DS 4. ‘Apadrinado’… por Saint Exupéry

Sueños… de ‘Le Petit Prince’ . Una rica colaboración con todo un emblema de la cultura francesa y universal. A la vez poeta y viajero, escritor y héroe: Antoine de Saint Exupéry, convertido en leyenda desde mediados del XX, encarnando el espíritu aventurero y creativo en el aire, y en su obra literaria: ‘El Principito’, ‘Correo Sur’, ‘Ciudadela’… ‘Vuelo Nocturno’.

Enamorado del cielo y sus constelaciones desde muy joven, su temprana fascinación por la aviación lo llevaría a las filas de la Fuerza Aérea Francesa durante la tumultuosa Gran Guerra, iniciando así su pasión por volar.

Héroe polifacético convertido en leyenda. Antoine ampliaría su carrera aeronáutica como ‘piloto de línea’ en varias compañías (‘Lignes Aériennes G. Latécoére’ / Service Postal Aérien entre La France et Le Maroc); sus andanzas en solitario, navegando por las inmensidades desérticas del Sahara en vuelos nocturnos, resultarían ser una fértil fuente de inspiración para su prolija obra literaria. Sus viajes aéreos embriagarían la imaginación, dando vida a muchas de las más emblemáticas historias: ‘Correo Sur’ y ‘Vuelo Nocturno’, entre las más aplaudidas.

Con la aparición de ‘Le Petit Prince’ (1943), Saint Exupéry conquistaría definitiva y mundialmente los corazones: un preciosista cuento poético, adornado por sus propias ilustraciones, donde se cuenta la épica historia de un joven príncipe de un planeta lejano, que conoce a un aviador varado en las abrasadoras arenas del desierto. A través de las aventuras de ‘El Principito’, Antoine aborda sutilmente temas tan universales como el amor, la amistad, la soledad… y la búsqueda de sentido; traspasando fronteras, hechizando a millones de lectores.

Integrado —con 43 años— en las fuerzas aliadas bajo mando estadounidense durante la II Guerra Mundial, y derribado en julio de 1944 durante una misión de reconocimiento aéreo, su avión P-38 Lightning se hundió frente a las costas del Mediterráneo, Saint Exupéry sigue vivo en su atemporal obra capturando, con delicadeza, la esencia de la humanidad… ‘la condition humaine’ ; a la vez que, como aviador, encarna el espíritu de la aventura. Su filosofía de vida, exhalada en las páginas de ‘El Principito’, aún resuena, incólume hoy en día, entre los lectores de todos los ámbitos de la vida… perpetuando el recuerdo, el inmortal símbolo de la aspiración humana de tocar las estrellas.

Un recuerdo que también se plasma, lo plasma DS, en otro de los grandes inventos humanos… el automóvil.

¡Longue vie Antoine Saint-Exupéry!