Diario de León

Citroën CX. Aliado con el viento…

Desde su lanzamiento en 1974, el icónico CX atesoró más de un millón de unidades hasta 1991, cuando dejó de fabricarse. Sustituto del DS, y sucesor por vía directa del Traction, el CX continúa recordándose como el gran emblema del ‘Chevron’ en los años setenta y ochenta.

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 CATHY DUBUISSON

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León

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Aerodinámico… como su ‘apellido’. Con 17 años en catálogo, el CX se beneficiaba, como sus emblemáticos antecesores, de numerosas innovaciones técnicas… todavía vigentes en 2024.

Lanzado oficialmente en el Salón del Automóvil de Paris a finales de agosto de 1974, el CX llamó rápidamente la atención: tracción delantera, suspensiones hidroneumáticas y frenos de disco asistidos con doble circuito de alta presión; y no sólo, porque nuestro protagonista presentaba también otra serie de interesantes innovaciones: motor tetracilíndrico transversal delantero —en el voladizo frontal— e inclinado hacia delante para optimizar el reparto de pesos y el agarre a la carretera. Carrocería monocasco conectada a un bastidor de ejes mediante dieciséis eslabones elásticos, que filtraban el ruido y las vibraciones de ambos ejes, así como del motor y la caja de cambios.

Estéticamente, además de sus líneas aerodinámicas —como subraya su nombre—, también la distribución interior del CX sería objeto de un detallado estudio, traducido en un célebre panel de instrumentos en forma de lúnula asentado en el salpicadero, con los mandos más habituales al alcance de la mano (faros, intermitentes, limpiaparabrisas, claxon…), además de toda una innovación en su momento: cinturones de seguridad retráctiles delanteros y, a partir de 1975, la famosa dirección servoasistida ‘Diravi’ (dureza en función de la velocidad) heredada del SM, inicialmente opcional y paulatinamente de serie en toda la gama CX.

Sólo catorce meses después de su presentación, el CX debutaba en competición: en diciembre de 1975, tres unidades del CX 2200 tomaban la salida en el Rallye Raid Abiyán-Niza, ‘germen’ para que Thierry Sabine, entonces piloto de motos, comenzase a pergeñar… el París-Dakar. Tras cubrir 9.246 kilómetros de pistas onduladas, barro y piedras, los tres CX cruzaban la meta en 4ª, 5ª y 6ª posiciones en la categoría de dos ruedas motrices. A partir de entonces, África, y las pruebas de larga distancia, serían terreno abonado para aquel nuevo Citroën: robustez y suspensión hidroneumática, sus mejores bazas.

Rallye du Maroc, Rallye des Mille Pistes, London-Sydney, Rallye Acropole, Rallya 5x5 Transafrica… y el París-Dakar; el CX, de serie o preparado, coleccionaba victorias en su categoría y puestos de honor frente a ‘correosos’ enemigos. Con la decoración tricolor, firmada por PhilippeDonati, alumno de la célebre escuela ‘Camondo’, el CX lograría una hazaña histórica (noviembre de 1977) en el 9º Tour Automobile de Senegal: tras cuatro etapas y 3.000 kilómetros bajo un calor sofocante, sólo siete coches lograban cruzaban bajo la jedrezada; entre ellos, los cinco CX oficiales de fábrica… marcando ‘quintuplete’, superando a un Peugeot 504 TI y a un Renault 16; además, los CX ganarían el Tour de Sénégal en 1978 y 1979.

También el París-Dakar permitiría al CX, y a Citroën, mostrar sus habilidades poniendo a disposición de Thierry Sabine cuatro Méhari 4x4 y un CX 2400 GTI para labores de asistencia y reconocimiento en 1979. Experiencia que se repetiría al año siguiente y, sobre todo, en 1981 cuando un CX 2400 GTI de fábrica, conducido por el piloto belga Jacky Ickx (cuatro veces ganador en Le Mans) y el actor Claude Brasseur, terminó la prueba en 16ª posición y primero de dos ruedas motrices.

Antes de que el Citroën Visa tomase el relevo en competición, el CX 2400 GTI participaría en diversas pruebas ‘Celebrity Race’, a cuyo volante se ‘sentarían’ Richard Attwood, Derek Bell, Jack Brabham, John Fitzpatrick, Dan Gurney, Phil Hill, Denny Hulme, Innes Ireland, Stirling Moss, Roy Salvadori, Carroll Shelby, Patrick Tambay, Jhon Warson… el espectáculo estuvo servido. Fueron otras interesantes facetas del aerodinámico CX.

Ahora, el C5 X se convierte en un digno heredero: similar atrevida estética y ambiciones de c onfort y tecnología; continuando la tradición —eso además— con la suspensión hidráulica efecto «alfombra mágica», tan apreciado por el ‘Chevron’ . Por no hablar —que hablamos— de aplicaciones como el ‘head-up diisplay’ (proyección de datos en el parabrisas, avanzadas ayudas a la conducción y modernas funciones de conectividad; similitudes que muestran la continuidad filosófica en la producción de Citroën.

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