Diario de León

Seat. «S»urfeando las arenas…

El ‘abuelo’ Toledo Marathon y el ‘nieto’ Ateca Marathon se han enfrentado al exigente recorrido desértico del RallyeClassic África 2024 (Marruecos). Al final, problemas técnicos impidieron al histórico Seat Toledo repetir el triunfo del año pasado.

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Segunda… aventura. Por segundo año consecutivo, el RallyeClassic África concitó una variada participación: equipos de Francia, Italia, Holanda, Argentina, Estados Unidos y España (la representación más numerosa); por primera vez, también los equipos locales marroquíes tuvieron una nutrida presencia, alguno de ellos de la misma zona de Erfoud, auténticos especialistas en las complicadas dunas que fiormaban parte del difícil recorrido.

Cinco etapas, 700 kilómetros cronometrados, algo más del millar de kilómetros incluidos los enlaces, han conformado un recorrido especialmente válido para entrenar el Dakar Classic; tanto, como que el triunfo lo firmaron los españoles Carlos Santaolalla y Juan Rosa, alvolante de un veterano Toyota Land Cruiser, ganadores también el Dakar Classic 2024.

Aunque, a punto estuvo de irse todo al traste por culpa de las lluvias torrenciales que descargaron sobre la zona, y que cambiaron los habituales áridos ríos de arena, los ‘oueds’, por ríos con crecidas ocasionales, preocupantes incluso para las poblaciones locales.

Toda le responsabilidad de la carrera-aventura recayó sobre el conocido expiloto José María Serviá, y su mujer, Fina Román, auténticos expertos que tampoco se achicaron ante la complejidad y quienes, prácticamente sobre la marcha, fueron capaces de rehacer el rallye evitando los enclaves más problemáticos.

El icónico Toledo Marathon revive en carreras de coches clásicos, la nutrida historia
deportiva de Seat
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Junto al Seat Toledo Marathon, formaron en ‘la parrilla’ cinco Ateca TDI (150 CV) DSG «Marathon» y tracción total 4x4 (dos unidades en labores de asistencia), encuadrados en la categoría Open, en la que pueden competir coches modernos sin optar a la clasificación final de la carrera. Los Ateca, modelos de serie mínimamente retocados por los especialistas de «Seat Históricos», montaban una baca de techo para transportar las planchas para ‘rescatarlos’ de la arena en caso de ‘empanzadas’; un protector de duraluminio para los bajos del motor, ruedas y amortiguadores especialmente pensados para la dureza del recorrido… y poco más. Salpimentado, eso también, por unas generosas llantas de 16 pulgadas calzadas con neumáticos BF Goodrich All Terrain y, para ganar ‘un poco’ de altura libre al suelo, además de los neumáticos «de carreras 4x4», se reemplazaron los muelles y los amortiguadores, pensados para un uso mñás exigente del habitual. Consecuencia: una ganancia suplementaria rayana en cuatro centímetros respecto a la altura del Ateca de estricta serie y un parde centímetros de recorrido de la suspensión; aunque, aún en su condición de SUV y no de todoterreno puro, el Ateca ha jugado su mejor baza en la fiabilidad.

Ligeras modificaciones respecto a la versión de serie, permitieron al Ateca Marathon
defenderse con autoridad en las arenas desérticas. 
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Además de la mencionada baca, el Ateca Marathon monta asientos de diseño deportivo herencia Ateca FR —ergonómicamente envolventes—, además de los bártulos necesarios para que el copiloto no se pierda en el desierto. Pequeñas modificaciones —apenas 4.000 euros ‘a mayores’— para convertir un cómodo Ateca de calle… en todo un ‘desértico carrerista’.

Con tres décadas de experiencia deportiva a ‘sus espaldas’, el Toledo Marathon, un auténtico pelotazo en su momento, vuelve a pisar las arenas del desierto de la mano —la experta mano— del departamento «Seat Históricos»; una nutrida colección celosamente atesorada por la Sociedad Española de Automóviles de Turismo ; capitaneada, la colección, por Isidro López un apasionado de los coches clásicos.

Después de 30 años —comenta Isidre— hemos tenido que realizar revisiones a fondo en algunos componentes claves del coche: motor, caja de cambios, transmisiones y amortiguadores, unos amortiguadores que ya en su época contaban con un avanzado sistema de suspensión, cifrado en 300 milímetros de recorrido —comparables a los todoterreno actuales—, sometiéndolos a un exhaustivo mantenimiento, reemplazando retenes y aceites.

También el equipo técnico de «Seat Históricos» ha tenido que cambiar los neumáticos y las llantas, habida cuenta que los originales se habían dejado de fabricar, de forma que se han adaptado nuevas llantas con medidas actuales de todoterreno.

Los equipos de medición también han evolucionado sustancialmente; antes, se utilizaban dispositivos para medir la velocidad; ahora, en pruebas de regularidad y navegación, se utiliza el ‘Blunik’, un aparato capaz de recalcular las medias, ideal en este tipo de disciplinas deportivas.

Un reflejo de la ‘calidad anímica’ del fabricante es, precisamente, la participación en pruebas históricas, por mucho que hayan quien se pregunte por la razón de meter esta joya en las dunas del desierto: «Amamos nuestra historia y, aunque no contamos con un museo abierto al público, mostramos nuestras joyas en sus escenarios naturales, el rallyes como el Monte Carlo Histórico o el Raids como el ÁfricaClassic Race; lo que nos obliga a mantener nuestras piezas de colección en buenas condiciones, haciendo grandes esfuerzos para estar en la línea de salida, demostrando que Seat tiene mucho futuro, dedicando tiempo y esfuerzo a su historia». (Isidro López dixit).

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