Fusión entre máquina y joya
Celebra el quincuagésimo aniversario del fin productivo del E-Type (1974)
Artesanía… atemporal. Cincuenta años después de que el último E— Type saliese de la línea de producción, Jaguar Classic propone dos singulares modelos conmemorativos E-Type Series I incluyendo, cada uno de ellos, referencias a momentos claves en la historia del icónico deportivo: desde un boceto inicial hasta los últimos Series III celebrando, ambos, el sofisticado estilo del original hasta convertirse en los mejores ejemplos de las creaciones firmadas por ‘Works Bespoke’ de Jaguar Classic.
2.000 horas de trabajo. Estas dos versiones conmemorativas del E-Type cierran el círculo de la sugestiva trayectoria del modelo, inspirándose en las últimas 50 ediciones conmemorativas de 1974, y nunca más saldrán del taller de Jaguar Classic.
Bajo la configuración coupé Drophead, cada unidad cuenta con especificaciones únicas: color de carrocería ‘Signet Green’ uno de ellos y tonalidad ‘Opal Black’ el otro mejorados, inspirados ambos en la paleta original de 1974.
El interior atemporal adopta asientos tapizados en piel ‘Bridge of Weir’ de color marrón y tejida a mano en el taller de acabados de Jaguar Classic, con pespuntes y revestimiento de piel marrón y negra a juego; una textura única, nunca antes utilizada, que mezcla técnicas tradicionales con la estética contemporánea.
Diversos detalles personalizados se enseñorean del habitáculo: consola central de aluminio anodinado, que incorpora un antiguo boceto del E-Type Series I rescatado de los archivos de la marca; una consola central que ha acabado por convertirse en toda una seña de identidad de Jaguar Classic.
La auténtica diferencia de los modelos firmados por Jaguar Classic E-Type viene dada por las joyas de la firma británica ‘Deakin & Francis’ (siete generaciones desde 1786 creando obras de arte) que adornan el interior y el exterior de cada modelo con detalles de nácar, plata maciza y oro de 18 quilates.
El emblema exterior frontal luce un acabado en plata con guilloché de nácar, además de un icono ‘Growler’ en oro de 18 quilates; las insignias zagueras son de plata esmaltada; también el claxon del volante y el pomo de la palanca de cambios lucen terminaciones nacarado/plateadas y doradas.
Bajo el capó… el famoso motor 3.8 litros, ahora con inyección electrónica, unido a una caja de cambios manual de 5 velocidades; clasicismo contrastado, aunando prestaciones y utilización diaria.