Walter Röhrl… el rey del Ascona
Hace 50 años, el célebre piloto germano se alzaba con el Campeonato de Europa de Rallyes al volante del Opel Ascona. En 1982, Röhrl ganaba el Mundial de Rallyes… también con un Ascona.
Hace 50 años, el célebre piloto germano se alzaba con el Campeonato de Europa de Rallyes al volante del Opel Ascona. En 1982, Röhrl ganaba el Mundial de Rallyes… también con un Ascona.
Derrapar y dominar ‘el volante’ ha venido emocionando a los aficionados a los rallyes durante décadas. En los años 1970 y 1980, dos nombres están íntimamente ligados a las pruebas de carretera: Walter Röhrl y Opel Ascona; junto con su incombustible copiloto Jochem Berger, un joven —y prometedor— Röhrl rompía moldes en el Europeo de Ralyes: 120 puntos, la máxima ‘bolsa de puntos’ nunca conseguida en el certamen europeo.
Nacido en Ratisbona en 1974, Walter Röhrl se centraba, desde su más temprana edad, en el deporte: fútbol, remo, esquí y, finalmente, automovilismo. El joven bávaro elegía «el rallye en lugar del circuito»… sabia decisión.
Su gran avance, que lo convertiría de «nadie» (como él mismo sostenía) en el sorpresivo favorito de la especialidad, en la que desembarcaría en 1972: Rallye de Polonia, Rallye del Báltico y Rallye de Olimpia; a partir de 1973, el entonces joven piloto de 26 años conduciría para Opel, con el inseparable Berger en el asiento de la derecha. Ya entonces, el copiloto estaba seguro de las cualidades de ‘su’ piloto: «Participar en una especial con Walter es más seguro que cruzar la carretera en la ciudad».
Dicho y hecho: aquel año, con escasos incidentes y casi el mismo número de victorias absolutas, ambos terminaban como subcampeones de Europa a bordo de un Ascona; para Röhrl, el trampolín perfecto para la próxima temporada en las filas del recién estrenado ‘Opel Euro Handler Team’.
Así, en 1974, Walter Röhrl y Jochen Berger atacan la competición con grandes ambiciones… de nuevo al volante del Ascona oficial de fábrica: motor de 2.0 litros, con árbol de levas en cabeza y culata de flujo cruzado (entre 192 y 212 CV según versiones), salpimentado-el Ascona— con muelles y amortiguadores específicos, como también los frenos de disco delanteros ventilados y tambores traseros ventilados, además de un chasis especialmente adaptado a las carreras. Sin embargo, Röhrl y Berger deberán tener paciencia hasta lograr su primer gran éxito, precisamente aquí en España: 8º Rallye Internacional Firestone —5ª prueba del Europeo de Rallyes a finales de marzo de 1974, en la fotografía—, ganadores tras 1.517 kilómetros y 19 tramos especiales en las montañas del norte de España. A renglón seguido, triunfo en el Rallye Tulipanes (Países Bajos), victoria a las que seguirán otras en el Rallye de Hesse, el Rallye de Moldavia y el Rallye del Danubio en Rumanía, para rematar el título en el Rallye Internazionale di Lugano, dominando los 28 tramos especiales montañosas entre Lugano y el lago Maggiore: «Con el título europeo —afirmaba entonces Röhrl— había conseguido lo que quería. Pero un sueño me hizo seguir adelante: ganar el Rallye de Montecarlo una vez en mi vida».
Dicho y hecho, tras una primera victoria en el Mundial de Rallyes (1975), en 1977 Walter y Opel tomarían caminos distintos, para regresar a la marca en 1982, con otro de sus míticos copilotos Christian Geistdöfer; en el horizonte… «Misión Montecarlo» a bordo del Ascona 400 de 260 CV: Röhrl, Geistdöfer y el Ascona 400 (Berger en labores de director deportivo) ganan, por segunda vez, la legendaria cita monegasca y, para redondear, también el título mundial de Pilotos en 1982. ¡Objetivo cumplido!