Un acceso para vehículos pesados mejoraría el potencial de las pistas

La gran limitación del aeropuerto es, sin duda, sus accesos desde cualquier autovía o carretera nacional. Y eso a pesar de que se encuentra en un lugar de privilegiado acceso desde cualquier vía de alta capacidad enclavada en el nudo de La Virgen del Camino. La construcción de un acceso directo desde la nueva ronda noroeste era otro de los compromisos ratificados en el pacto entre socialistas y leonesistas para gobernar en el Ayuntamiento de León. Este proyecto formaría parte de otro mucho más amplio consistente en cerrar la capital con rondas, para lo que sería necesario concluir el trazado que bordea el aeropuerto. Actualmente, la única carretera de acceso no tiene capacidad para soportar transporte pesado, un obstáculo que impide cualquier impulso que se quiera dar a la vertiente mercantil del aeropuerto. La propuesta asumida en su día por los dos partidos pretendía unir la LE-20 y la LE-30 con una nueva conexión desnivelada a la altura de Carbajal. Se haría un nuevo puente sobre el Bernesga, nuevas estructuras para salvar la carretera de Caboalles y la línea de ferrocarril y una conexión con la AP-66, todo ello mediante un trazado que bordeara por el norte Villabalter y Ferral, dejando al sur ambos núcleos para que pudiera preverse un nuevo acceso de alta capacidad al aeropuerto. El coste aproximado se calculó en 206 millones de euros para un trazado de 18 kilómetros de longitud.

Desde este vial, la salida hacia cualquier autopista y autovía para acceder a los polígonos industriales y puertos marítimos de todo el noroeste es más que viable. Las seis rutas posibles por carretera enlazan León con todos los puntos del noroeste peninsular, con el centro del país y con Europoa a través del País Vasco y de Cantabria.