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Rajoy propone que no haga falta el padrón para tener sanidad y educación

El Gobierno lamenta el debate abierto y cierra la puerta a modificaciones legales

La presidenta del PPC, Sánchez Camacho, Rajoy y el portavoz municipal Fernández Díaz.

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C. REINO/P.H. | BARCELONA/MADRID
León

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Mariano Rajoy propuso este viernes que no sea necesario estar empadronado en una localidad para acceder a la sanidad y a la educación. Fue su última aportación al debate surgido en torno al trato que deben recibir los inmigrantes en situación irregular. «Yo creo que simplemente con que la sanidad y la educación no los garantizara el padrón, sino que se garantizaran por el mero hecho de ser seres humanos sin necesidad de llevar ningún documento, ya nos ahorraríamos una buena cantidad de problemas», señaló. «Hay que ver cuáles son los requisitos para empadronarse, cuáles son los efectos que produce el padrón; podemos dar los servicios básicos sin estar en el padrón, ese debate se puede hacer», insistió.

Rajoy considera que «hay una contradicción entre obligar a empadronar por ley a los inmigrantes irregulares a los que, también por ley, hay que expulsarles». «La ley hay que cumplirla pero hay que ver si es preciso modificarla», apuntó. Porque para el presidente popular el «verdadero problema y el asunto del que nadie habla no es el padrón, sino la política de inmigración del Gobierno». Mariano Rajoy, que calificó de «gran error» las regularizaciones masivas y la política de «papeles para todos» del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, planteó una pregunta, durante su intervención en la clausura de la escuela de invierno del PP de Cataluña: «¿Qué política de inmigración hay que seguir en España? Todos los seres humanos tienen derecho a los servicios básicos fundamentales. Estamos a favor de la inmigración y que toda la gente que quiera ganarse la vida de forma digna, lo consiga», remató.

Según datos aportados por el PP, en el 2004, había en España 1,6 millones de inmigrantes con tarjeta de residencia, frente a los 4,7 millones de 2009, casi el triple. Sin embargo, en el padrón había 5,5 millones de extranjeros. Por ello, Rajoy afirmó que «inmigración sí, pero con orden y control».

Entre las medidas que propuso, al margen de la reforma legislativa en torno al padrón, el líder de la oposición volvió a reivindicar el contrato de integración (presentado hace un año), que garantice iguales derechos e iguales deberes y según el cual el recién llegado debería respetar las costumbres y tradiciones españolas y aprender el castellano, entre otras cuestiones. Además, abogó por homogeneizar todas las políticas de inmigración de Europa, prohibir por ley las regularizaciones masivas y apostó por que cuando alguien cometa un delito doloso, con pena superior a 6 meses, debe ser expulsado de España. «No deben pagar justos por pecadores. Hay muchos que vienen a ganarse la vida dignamente», dijo.

Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega aseguró: «Este es un debate oportunista y malintencionado». La número dos del Ejecutivo descartó que se vayan a realizar modificaciones legales sobre el problema de la inmigración.

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