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p. de las heras | MADRID
León

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Lo dicen siempre los socialistas: al PP no le pasa factura el caso Gürtel pero sí los enfrentamientos internos. Si algo ha detectado el PSOE sondeo tras sondeo, en los últimos meses, es que la imagen del primer partido de la oposición se ve perjudicada con cada nuevo encontronazo entre la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón. De ahí que, desde el viernes, los dirigentes del partido gubernamental se estén frotando las manos. El último exabrupto de la lideresa contra su archienemigo interno, les ha dado munición.

«Escuchando lo que se dicen los unos a los otros -”hurgó en la jornada de ayer la secretaria de Organización, Leire Pajín-” ¡qué no dirán de los adversarios políticos y de los ciudadanos que no piensan como ellos!».

La número tres del PSOE aprovechó el episodio en el que Aguirre se vanagloriaba de haber quitado un puesto en Caja Madrid al «hijoputa» para poner en duda la catadura moral del primer partido de la oposición y su grado de compromiso con los ciudadanos.

«Poco podemos esperar de un partido que, según dicen ellos, se espían unos a otros y estos días, por un micrófono abierto, hemos escuchado lo que se dicen los unos a los otros», insistió.