El Supremo rechaza cerrar la causa abierta a Garzón por cobrar dinero del Santander
La Sala de lo Penal desoye a la defensa del juez que alega indefensión en una parte del proceso
Las malas noticias para Baltasar Garzón procedentes del Tribunal Supremo se le acumulan. La Sala de lo Penal -”la misma que está a punto de sentarle en el banquillo acusado de prevaricar en la investigación de los crímenes franquismo-” dio ayer un nuevo paso en la segunda de las causas abiertas contra el juez de la Audiencia Nacional, referente a la presunta mediación de éste con el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, para pedirle que financiara unos cursos académicos que el magistrado coordinó en Nueva York entre los años 2005 y 2006.
La Sala de lo Penal rechazó el recurso de la defensa de Garzón, en el que alegaba que la admisión a trámite de la querella presentada por dos abogados particulares le había acusado indefensión, es decir, que no había podido presentar alegaciones a una de las prueba clave que llevó al Supremo a abrir una investigación contra él: las dos cartas remitidas por Garzón a Botín en la que le pedía su colaboración económica. Lo hizo no a título particular, sino como juez-magistrado de la Audiencia, pese a que entonces tenía un permiso de estudios. Los magistrados le dicen al juez que la ley les da potestad para pedir toda la información que consideren oportuna para determinar la competencia de la causa, tal y como hicieron al preguntarle al Santander si hubo una petición expresa de Garzón para que la entidad financiera los cursos.