PSOE y PP preparan el terreno para justificar su encontronazo en el pacto
La reunión de Alonso y Sáenz de Santamaría confirma la casi nula posibilidad de que se cierren acuerdos, pero nadie quiere ser el primero en zanjar la negociacion
Gobierno y PP mantendrán las formas hasta el último momento, pero la desconfianza es mutua a un lado y otro de la mesa. Aún no ha comenzado el intercambio de papeles para el acuerdo anticrisis y el principal partido de la oposición insiste en restar toda credibilidad a la buena voluntad de José Luis Rodríguez Zapatero. El Ejecutivo, mientras, no quiere hacer nada que permita a los populares justificar el portazo y responde a las críticas con la otra mejilla. «Me quedo con la voluntad de acudir a la reunión y sumar propuestas», declaró ayer la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega.
Unos y otros cada vez tienen más claro que el principal partido de la oposición, al final, no estará en el acuerdo para la puesta en marcha de un paquete consensuado de reformas anticrisis. También hay convicción en ambas partes, en que si el pacto es posible, el Gobierno y los socialistas tendrán que cerrarlo con los nacionalistas moderados como socios principales. Sin embargo, ninguno quiere ser identificado como el principal culpable de que el PP se levante de la silla y apurarán todas las opciones para que quien rompa sea el otro.
En el PSOE dan por hecho que el presidente del Gobierno se apuntó un tanto cuando, en un debate parlamentario complejo y en medio de un momento político difícil, ofreció al PP negociar e incluso asumir algunas de sus medidas para mejorar la competitividad de la economía española, desarrollar una nueva política industrial, acometer un plan de austeridad de las administraciones y abordar los problemas del sistema financiero.
Es, insisten, la política que demandan los ciudadanos y por eso creen que mientras el principal partido de la oposición juegue a la contra del pacto les hará un favor. Sáenz de Santamaría dijo salir «sorprendida» del encuentro con Alonso porque «ni el PSOE ni el Gobierno tienen interés por contar la verdad de la crisis, por discutir medidas o por plantear soluciones». Reafirmó la idea de que el único objetivo del Ejecutivo es el de ganar tiempo y que, por eso, sólo le interesa hablar de «pactos en etéreo».