Zapatero pide a Chávez que aclare la «cooperación» de Venezuela con ETA
La Audiencia asegura que etarras recibieron cursillos en la selva de las FARC con protección de tropas venezolanas y que ETA les apoyó para intentar matar a Uribe
El Gobierno exigió ayer explicaciones al Gobierno de Hugo Chávez sobre su supuesta «cooperación» en el adiestramiento conjunto de las FARC y ETA en la selva Amazónica. José Luis Rodríguez Zapatero afirmó este lunes en Hannover que está a la espera de respuesta, tras conocer un auto el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco en el que asegura que existen pruebas de la implicación de las autoridades de Caracas en los vínculos que mantienen ambas organizaciones terroristas.
El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, optó por ocuparse personalmente del asunto y ayer reclamó a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, a través de una conversación telefónica una aclaración. No la recibió inmediatamente, pero el Ejecutivo actúa con cautela y no dará un paso más hasta haber oído la versión oficial del líder bolivariano.
En el polémico auto, que ha vuelto a tensar las relaciones diplomáticas entre Madrid y Caracas, el magistrado Velasco se hace eco de 17 años de investigaciones de los servicios de Información de la policía y la Guardia Civil sobre las relaciones entre las dos bandas. El instructor, que procesa a doce terroristas de ambas organizaciones acusados de múltiples delitos, desvela además que los terroristas vascos fueron profesores y alumnos en cursillos sobre armas, explosivos y misiles en la jungla, la mayoría de las veces en territorio venezolano. A cambio de su estancia y protección, los etarras se comprometieron a ayudar a los activistas colombianos para atentar en España contra el presidente Álvaro Uribe o su antecesor, Andrés Pastrana.
«Obran diligencias en este procedimiento que ponen de manifiesto la cooperación gubernamental venezolana en la ilícita cooperación entre las FARC y ETA», señala el instructor. La pista definitiva de que el Gobierno de Hugo Chávez facilitó y amparó los contactos entre ambas bandas terroristas surgió en agosto del 2007, según el escrito judicial. En esa fecha el etarra en paradero desconocido Ignacio Domínguez Achalandabaso Patillas y otro activista que se hacía llamar Martín Capa viajaron a una finca en el estado de Apure (en la jungla venezolana) para impartir un «curso teórico-práctico de unos 20 días» a 13 miembros de las FARC y a siete del Frente de Liberación Bolivariano (FLB, pequeña facción venezolana de las FARC). Las clases versaron sobre el manejo del potente explosivo C-4 y sobre la utilización de teléfonos móviles para activar artefactos.
Este cursillo, impartido por ETA, fue repetido poco después a otro comando, el Bloque Caribe.