Interior asegura que el 2009 registró el menor número de delitos de la década
El PP niega veracidad a las cifras aportadas por Rubalcaba, y el PNV alerta del «exceso de euforia»
La percepción de inseguridad que los españoles han expresado en varias encuestas, y que los responsables del PP enfatizan siempre que tienen oportunidad, no tiene base real, según las estadísticas oficiales. Alfredo Pérez Rubalcaba aseguró ayer en el Congreso que la delincuencia en España se redujo un 3,7% durante el año pasado hasta situarse en 45,8 infracciones por cada mil habitantes, el nivel más bajo de la última década. El ministro del Interior destacó que esta evolución de las cifras de criminalidad convierten a nuestro país «en uno de los más seguros de la Unión Europea», con una tasa 23,3 puntos inferior a la media de la UE.
En concreto, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado contabilizaron el año pasado 1,7 millones de denuncias por delitos y faltas, 80.731 menos que en el 2008. El ministro destacó dos apartados, que tildó de significativos: la minoración de delitos contra la vida y la integridad y libertad del patrimonio, que pasan de 105.009 en 2008 a 104.883 en 2009 y, en especial, que la violencia de género modera su crecimiento, tan sólo 0,7% más casos durante el pasado ejercicio, y que las mujeres asesinadas a manos de sus parejas pasaron de 76 en 2008 a los 55 de 2009.
Datos por comunidades. La oposición criticó a Rubalcaba por su «exceso de euforia» a la hora de presentar unos datos que, a juicio del diputado popular Ignacio Cosidó, carecen de fiabilidad. De hecho, aseguró que en el informe de Interior no se contabilizan los datos de Cataluña y retó al ministro a que presente los datos desglosados por comunidades. Cosidó sostuvo que esta suma desvelaría que en el 2009 se habrían producido «la mayor cifra de delitos en la historia de España»
Emilio Olabarría, del PNV, por su parte, pidió a Rubalcaba que no se «regodease» con la actuación policial porque España «ha cuadruplicado» el número de reclusos en los últimos años. Un hecho, que a juicio del parlamentario nacionalista vasco, evidencia que «no se resocializa a nadie en las cárceles».