El Gobierno desiste en su deseo de cambiar la relación UE-Cuba
La pugna de los disidentes liquida el anhelo de acabar con la «posición común» hacia la isla en la presidencia europea
El Gobierno da ya por perdida su batalla para cambiar la política de la UE hacia Cuba. La condena «enérgica» que la pasada semana aprobó el Parlamento Europeo por la muerte del disidente Orlando Zapata ha convencido al Ejecutivo de que será imposible alcanzar la unanimidad necesaria entre los 27 para enterrar la llamada posición común , que condiciona cualquier avance en las relaciones con el régimen castrista a la apertura democrática y al respeto de los derechos humanos. Según un alto cargo del Ministerio de Exteriores, las posibilidades de éxito son tan escasas que carece de sentido sufrir el desgaste de hacer una propuesta firme en este sentido.
España nunca ha dado al deseo de normalizar las relaciones con Cuba el estatus oficial de «prioridad» u «objetivo» de la presidencia rotatoria de la UE. Pero sí era uno de los anhelos del ministro Moratinos acabar con una doctrina instaurada en 1996 a instancias del Gobierno de José María Aznar. Desde que Zapatero llegó al Gobierno, el jefe de la diplomacia española ha trabajado con denuedo para dar un giro copernicano al planteamiento europeo hacia Cuba.