«Espero que la vida vuelva a los pueblos»
Es de Villaornate, vive en Valencia de Don Juan, milita en la agrupación socialista de Valderas y da clase en Villaquejida. Es una andarina empedernidad y habla claro como las aguas del Esla: «Yo no sé si habré pescado peces, pero el culo me lo he mojado a tope», asegura sobre su mandato.
Sus caminatas diarias la ayudan a capear el temporal y cuando peor lo pasa, asegura, «me acuerdo de Zapatero: a cada uno nos ha tocado bailar con la más guapa, salvando las distancias, claro». Pero su político preferido es Alfonso Guerra y se confiesa admiradora de Felipe González. Entre los alcaldes escoge al de León, a su jefe de filas Francisco Fernández, y entre las lecturas «Cien años de soledad» de Gabriel García Márquez. Su última lectura: la trilogía de Millenium.
Cinéfila empedernida, se ha tenido que adaptar a la tele para ver películas. «Desde que no hay cine en Valencia no he vuelto a una sala. Era asidua de la sesión de los viernes, con palomitas incluidas», lamenta.
Defiende los avances en igualdad y en los derechos de la mujer, incluida la reforma del aborto: «Nadie pide que aborte nadie, pero si alguna mujer tiene que recurrir a ello que sea ella quien decida», subraya.
-¿Ser mujer ha supuesto algo a favor o en contra de su labor como alcaldesa?
-Creo que no... y que no piense yo que alguien puede tratarme de forma distinta por ser mujer.
-¿Qué futuro tiene un pueblo sin escuela?
-Mantenemos un aula con cinco niños y niñas. Una de las cosas más tristes es que la escuela se clausure por falta de niños. Cuando eso ocurre el pueblo está condenado a morir, no me gustaría que eso ocurriera en Villaornate ni en ningún otro pueblo. Claro que hay quien prefiere llevar a los niños a Valencia, donde tienen comedor y transporte escolar gratuíto.
-Aparte de la residencia, ¿Qué otros proyectos tiene?
-Mi otro objetivo es que se construyan unas casas en el municipio. Hemos conseguido 15 y estoy orgullosa de sentar un precedente al lograr repartirlas entre los dos pueblos: 8 para Villaornate y siete para Castro, donde es la junta vecinal la que tiene terreno. La única dificultad que tenemos es que la Diputación considere urbanos los terrenos.
-El Pelambre ha demostrado que el origen del poblamiento se remonta cuando menos a la Edad del Bronce. ¿Han pensado en exponer algunos de los materiales hallados o hacer un aula explicativa sobre este importante hallazgo?
-La realidad es que se presentó la publicación en León y nadie me llamó como alcaldesa. Sé que Tragsa financió las excavaciones y la investigación y nos ha regalado más de cien ejemplares que aún no sabemos cómo repartir. Es un libro muy técnico y espero que esa idea que me has lanzado de hacer algo con ello la podamos sacar adelante cuando las aguas vuelvan a su cauce.
-Los regadíos que propiciaron este descubrimiento, ¿van a servir para algo?
-Yo espero que sí. Tengo confianza en que los pueblos vuelvan a resurgir. Que la vida vuelva de otra forma.
-El puente sobre el Esla. ¿Va a beneficiar a Villaornate y Castrofuerte?
-Como estaba proyectado en un principio, entre Villaornate y Castro, sí. Pero, ahora, que va a estar cerca de Valencia, la cosa cambia. Por supuesto, pienso que habrán pesado otros intereses económicos que tiran más.