Interior refuerza el nivel de alerta antiterrorista por los últimos sucesos
Decreta la alarma de «alta intensidad» ante el riesgo de que ETA se lance a una campaña de atentados antes de que termine la presidencia española de la UE
El director general de la Policía y de la Guardia Civil, Francisco Javier Velázquez, ordenó ayer elevar la alerta antiterrorista a un grado de «alta intensidad», dentro del nivel dos del Plan de Prevención y Protección Antiterrorista, según informó el Ministerio del Interior. La alta intensidad de grado dos es antepenúltimo escalón en niveles de alarma e implica extremar la alerta ante un «riesgo probable de atentado terrorista» y reforzar los controles en todo el país.
El pasado 29 de diciembre, el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, ya había dado instrucciones para pasar del nivel uno (riesgo potencial de atentado terrorista) al dos (riesgo probable), debido, entre otros motivos, al comienzo de la Presidencia española de la Unión Europea desde el 1 de enero pasado.
En aquella ocasión, el director general de la Policía y de la Guardia Civil determinó el grado de «baja intensidad» dentro de ese nivel de alerta. Velázquez elevó este lunes la alerta a «alta intensidad» en todo el «territorio nacional». Además, decretó, en virtud de la «información operativa disponible», que se mantenga este nivel hasta que concluya el semestre europeo a finales del próximo junio.
El departamento que dirige Alfredo Pérez Rubalcaba se limitó a señalar en una nota oficial que el incremento de la alerta responde a «recientes acontecimientos» e «información» recabada por las fuerzas de seguridad del Estado. Mandos de la lucha antiterrorista, no obstante, relacionaron el aumento de nivel con la «creciente actividad» de ETA en Francia y, en particular, con el asalto el pasado martes de un comando terrorista al un concesionario de vehículos en la localidad gala de Dammarie-les-Lys que terminó con el asesinato del policía francés Jean-Serge Nérin.
Los informes de los servicios antiterroristas apuntan a la posibilidad de que la organización terrorista pueda iniciar en breve una campaña para atentar pasado ya el ecuador del semestre europeo. Todo ello a pesar de que en los dos meses y medio ETA ha perdido una de sus principales bases logísticas, en Portugal, y ha visto frustrado el intento de organizar otra en Cataluña. Ha visto asimismo como eran desmantelados tres de los futuros comandos a los que había encomendado una ofensiva en el País Vasco.