El pueblo en el que se anunció la Ley no está en la lista del nivel 1
En el Órbigo no hay demasiadas sonrisas por del resultado de la suerte en la Ley de Desarrollo Rural. En la ribera del Órbigo no se agolpan los nombres de los pueblos que han de beneficiarse del rescate que posibilita la legislación, la discriminación positiva total, las inyecciones económicas en busca de la revitalización de la estructura social económica y social de un territorio. Tampoco se ríen demasiado en la vega del Esla, donde la suerte resultó también esquiva a la hora de colocar en las señales de entrada de los pueblos la urgencia de la intervención con proyectos que insuflen algo de vida al entorno; tal vez, la última oportunidad para recuperar el pulso.
Las mismas ganas de reir por la ubicación en el panel de reparto se observan a lo largo del Páramo, excluido allá donde queda actividad agraria de una posición prioritaria para recibir ayudas. Entre las más de 150.000 almas que habitan el medio rural de León y que verán la Ley de Desarrollo Rural como a una exposición de escaparate, se ofrecen las de Hospital de Órbigo como testigos directos. Quienes tuvieron la oportunidad de escuchar por primera vez una referencia de esta Ley, a modo de anuncio, se quedan fuera de la lista de elegidos para el reparto. Porque fue Hospital de Órbigo el lugar elegido por Zapatero para anunciar que su gobierno pondría en marcha la maquinaria legislativa con el fin de lograr que el campo, el medio rural, acompasara el paso con las zonas urbanas; en oportunidades, en recursos económicos, en posibilidad de desarrollo; en servicios y en renta, por ende.
Y allí hizo eco el anuncio, en un primer domingo de septiembre del 2004, en el transcurso de la fiesta campesina del sindicato Ugal. Y ahí siguen los habitantes de Hospital, y aledaños, como el resto que llegan a superar los ciento cincuenta mil leoneses, ahora seguros de que no van a entrar en el sorteo del primer reparto de dinero.