Rajoy espera al debate de la nación para poner contra las cuerdas al presidente
El líder del PP quiere convertir ese cara a cara en el principio del fin de un Zapatero al que el PP ve «hundido»
A Zapatero, según el PP, se le agota el tiempo y la credibilidad. Mariano Rajoy lleva semanas colando en todos sus discursos esta idea porque los populares están convencidos de que el presidente del Gobierno está tocado y casi hundido. Sólo le mantiene a flote sus alianzas ocasionales con los partidos nacionalistas en el Congreso que le permiten conservar una exigua pero efectiva mayoría parlamentaria. Pero todo crédito tiene principio y final.
El líder del PP, como colofón de su estrategia de acoso y derribo, quiere convertir el próximo debate del estado de la nación -”que se celebrará presumiblemente el 7 y 8 de julio-” en el punto de no retorno de Zapatero.
Preparativos. Los populares preparan a conciencia este duelo parlamentario para poner evidencia, de la forma más simple y rotunda posible, que las medidas anticrisis impulsadas por el Ejecutivo socialista lejos de ayudar a sacar a España de la crisis han supuesto un lastre para la recuperación, tal y como muestran todos los indicadores macroeconómicos que sitúan a nuestro país en la cola del crecimiento europeo.
Un sí a cualquier negociación con el Gobierno, pero un no a colaboraciones sin réditos para el PP, con dos únicas excepciones: la lucha antiterrorista y la presidencia española de la Unión Europea. Dos cuestiones en las que Zapatero sí ha contado con el apoyo de los populares. El PP ofreció pactar la reforma del Tribunal Constitucional, pero se negó a variar su dúo de candidatos -”Enrique López y Francisco Hernando-” durante la negociación con los socialistas. La filosofía de Rajoy, que ha puesto en práctica durante los dos últimos años, ha alentado las críticas de los socialistas.