El PP critica los pronósticos del Ejecutivo sobre el desempleo
La Encuesta de Población Activa situó la tasa de paro en el primer trimestre del año en 20,05%, cuatro millones y medio de personas. «No llegaremos a los cuatro millones de parados de ninguna de las maneras, nos quedaremos muy por debajo», pronosticaba, cándido, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, en enero del 2009. Con parecido voluntarismo, Zapatero aseguró que el uno de cada cinco sin trabajo es el «techo», no puede ir para arriba, sólo para abajo. Ahora, el envite es que no se llegará a los cinco millones, en palabras de la vicepresidenta Elena Salgado y del propio Corbacho, el fallido augur. ¿Creíble con estos antecedentes? Para la oposición, no.
Unos y otros. Desempleo al alza y deuda a la baja, la doble «d», una combinación peligrosa que estimula la demagogia y remece los mercados, según reconocen fuentes gubernamentales. Las voces que reclamaban acciones urgentes subieron el registro. «Se está acabando el tiempo», «no espere a que escampe», tronó Rajoy en el Parlamento; «tome medidas ya», pidieron desde el Santander, el banco insignia de la armada financiera; «haga los deberes», urgieron desde Caja Madrid.
El Gobierno no ha dejado de actuar «en ningún momento», responde desde la vicepresidenta primera. «Las cosas van a ir cambiando poco a poco, estamos en el camino adecuado», comentaba María Teresa Fernández de la Vega tras el último Consejo de Ministros.
La falta de fe en la gestión gubernamental arranca de un pecado original, se negó la crisis en el 2008 cuando ya estaba instalada, aunque se admitió después.