Los datos del paro y la deuda española deterioran las esperanzas del Gobierno
Zapatero insiste en que lo peor de la crisis económica ha pasado ya
José Luis Rodríguez Zapatero pensaba que ya había vadeado la fase más cruda de la crisis, pero la realidad ha demostrado que las sensaciones del presidente del Gobierno estaban divorciadas de la realidad. Los datos del desempleo y la devaluación de la deuda de España fueron dos trallazos que echaron por tierra las esperanzas gubernamentales y abonaron el campo a los que consideran que todo lo hecho por el Gobierno, cerca de 200 medidas en año y medio largo, apenas son cataplasmas que quizá bajen la fiebre mas no curan al enfermo. Desde la oposición y desde otros sectores influyentes en la vida económica del país se exigen acciones inmediatas, medidas ya.
Además, como hay meses y años en los que uno no está para nada, Zapatero se topó de frente con una crisis que no entraba en sus cálculos, la institucional. La incapacidad del Tribunal Constitucional para dictar una sentencia sobre el Estatut encendió las hogueras en Cataluña y amenaza con convertir en una sima lo que hasta ahora no han sido más que desencuentros entre Madrid y Barcelona.
1397124194 Táctica. Negar la mayor. Ésa ha sido la reacción de Zapatero y el Ejecutivo en ambas situaciones. Ni hay parálisis ni hay pasividad en la lucha contra la crisis y, por supuesto, de crisis institucional, nada. El día a día, sin embargo, es terco y pone en evidencia que las turbulencias económicas están lejos de calmarse.
Cuando hace poco más de 15 días Zapatero concedió una entrevista a The Finantial Times -” justo en vísperas de su última visita a Washington-” poco podía imaginar que en breve la fiabilidad de España volvería ser puesta en cuestión por los mercados internacionales ni que la amenaza de una nueva semana negra iba a ser tan evidente.
No hay ni una persona en el Gobierno y en el partido socialista que no recuerde los primeros días del pasado febrero -”y en especial, el día 4, cuando la Bolsa se desplomó casi seis puntos de golpe-” como un momento crítico e incluso angustioso. Pero ahora Zapatero estaba convencido, según fuentes muy próximas al presidente del Gobierno, de que ese bache ya había quedado atrás.
Volvía a estar fuerte y animoso, a decir de quienes le rodean. Él mismo ha asegurado en más de una ocasión que las medidas anunciadas para hacer frente a la crisis y reducir el déficit habían calado entre los agentes exteriores. Incluso el miércoles, horas antes de que la agencia Standar and Poor-™s rebajara la calificación de la deuda española, se atrevió a afirmar en el Congreso que hay indicios de que nuestra economía «mejora» y «empezamos a dejar atrás la recesión».
Pero el jefe del Ejecutivo está convencido de que lo peor de la crisis ha pasado. Un mantra que repite cada vez que es interpelado sea el foro que sea. Lo defendió ante la ejecutiva de su partido el pasado 19 de abril y esta semana en el Congreso durante el cara a cara con Mariano Rajoy.