RAMÓN BRUGADA | decano facultad de medicina de gerona
«El clamor social y médico fue clave para lograr la facultad»
El doctor Ramón Brugada es decano de la Facultad de Medicina de Gerona desde hace año y medio, poco después de su apertura en el curso 2008-2009. Girona es una provincia con 447.606 habitantes y su capital tiene un padrón de 96.000 residentes, 40.000 menos que León.
-¿Cómo se consiguió la Facultad de Medicina?
-Fue fruto de un movimiento social, político y médico. Se planteaba aumentar las facultades en Cataluña y hubo un clamor social para que Gerona tuviera una, ya que es la única provincia que no la tenía. Finalmente, se abrieron también otras dos en Barcelona: una privada y otra pública. Aunque estamos a cien kilómetros de Barcelona, hacer desplazarse a los estudiantes de Girona suponía un gasto.
-¿La universidad tenía infraestructura y posibilidades docentes?
-En el campus se impartían ya las ciencias básicas (biología, bioquímica, histología, genética...) en la facultad de Ciencias. El hospital tenía residentes pero no formación de grado en Medicina. En cuanto a las infraestructuras, empezamos las clases en unos módulos prefabricados. Se ha realizado una inversión importante para trasladarnos este verano a un edificio en la universidad. Pero lo más importante es que se va a poner en marcha el campus de Ciencias de la Salud: se construirá de nuevo el hospital Trueta, se tirará el edificio actual y a su lado estará la Facultad de Medicina, la Escuela de Enfermería y los centros de investigación. Todo esto dinamizará también toda la zona norte de la ciudad, que es donde se ubica.
-¿Se planteó en Cataluña ampliar la oferta de plazas en las facultades existentes?
-Sí se llegó a plantear, pero se llegó la conclusión de que eso implicaría una masificación. Además, había una razón social y de redistribución de las plazas de estudiantes para suplir la falfa de médicos. Ahora mismo hay siete facultades en Cataluña y el año pasado se quedaron sin plaza en Gerona 2.500 estudiantes.
-¿Qué valoración hace de estos dos primeros cursos en funcionamiento?
-Muy buena. Tenemos la suerte, al existir nota de corte, de que contamos con los mejores estudiantes y eso es un privilegio. Hemos adoptado un método docente nuevo y estamos adaptados al cien por cien al espacio europeo establecido en el Plan Bolonia. Por término medio hay diez alumnos por clase -apenas coinciden todos una vez al mes- y eso implica que estamos muy encima de los estudiantes. Somos muy responsables de que los estudiantes sepan lo que necesitan. Además, ser decano o profesor de la facultad de Medicina implica el egoismo y la responsabilidad añadida de que sabemos que dentro de veinte años nuestros estudiantes serán nuestros médicos: acabaremos siendo pacientes de nuestros alumnos. Ahora nuestro reto es consolidar la facultad. Pensábamos que muchos alumnos nos utilizarían de trampolín para ir a otros centros, pero no se ha marchado nadie.