El futuro de la montaña. Viaje los valles glaciares de San Glorio
A 2.499 metros bajo el cielo
Es el único lugar de la Cordillera Cantábrica formado por roca plutónica, probablemente procedente del núcleo de la Tierra. Esa peculiaridad geológica da la superviviencia a espec
San Glorio no es en realidad San Glorio. Los terrenos donde se pretende levantar una estación de esquí de gran magnitud no son los que se relacionan con el puerto de carretera que lleva a Cantabria. El entorno del pico Tres Provincias es otra cosa, un auténtico santuario ecológico con especies excepcionales de flora y fauna a nivel mundial, que pretende ser barrido para instalar 50 kilómetros de pistas de esquí alpino. Los botánicos lo consideran uno de los mejores paisajes de montaña de la Península Ibérica. Luis Frechilla, uno de los más reputados en el estudio de la cordillera, acompañó a este periódico el pasado viernes en un recorrido de ocho horas que comenzó en la Sierra de Orpiñas, continuó por el valle del Naranco hasta alcanzar el de Lechada y culminó en la falda del Pico Tres Provincias (2.499 metros de altitud), desde donde se otea un espectacular horizonte de cimas superpuestas que vierten a León, Palencia y Cantabria.
«La zona sería más merecedora de ser declarada parque nacional que de sufrir una transfromación como la que está proyectada», defiende el biólogo. Se da la circunstancia de que el Parque Nacional de Picos de Europa fue creado para proteger una representación bien conservada de montaña cantábrica que abarca exclusivamente montaña caliza.
Lo mejor del oso.
El macizo de Peña Prieta es una amplia zona de alta montaña sin núcleos de población, representativa de los valores naturales de la montaña silícea, para la que no existe un parque nacional. «Además, en su interior posee lo mejor del núcleo osero oriental y es necesario recordar que el oso pardo cantábrico es la única especie de vertebrado en peligro de extinción en España que no cuenta con un parque nacional declarado en una parte significativa de su área de reproducción». De hecho, toda la población osera está fuera de Parques Nacionales.
Los indicios del paso de osos es más que evidente en la Sierra de Orpiñas, primera de las paradas. Los plantígrados bajan prácticamente cada día a los pinares para marcar territorio y arreglar sus zarpas. El valle del Naranco es el siguiente destino. Una impresionante vega brotada de especies endémicas es el lugar previsto para un aparcamiento. Al fondo del valle, se observa a montañeros vascos que salen de un refugio propio. Ascienden, como la expedición de este reportaje, hacia el Pico Tres Provincias. El camino continúa hacia el valle de Lechada. El acceso es la carretera construida hace décadas para extraer roca de una cantera. Resulta impresionante la abundancia de arroyos de agua potable que desembocan en el río que da nombre a este valle y que confluyen en una magestuosa cascada. El biólogo advierte que se empieza a escuchar el canto de los pechiazules, una singular especie de aves alpinas, de las que quedan entre 12 y 14 parejas reproductoras, todas en el valle de Bobias, en zonas de matorral que habría que despejar para hacer las pistas. Precisamente la buena conservación de esta diminuta población fue uno de los argumentos utilizados en su día para incluir a este territorio en la Red Natura 2000 de espacios protegidos europeos. Otra especie peculiar es el mirlo capiblanco, que sobrevuela varias veces a los intrusos. Se han encontrado parejas criando en la zona, una de las pocas localizaciones de toda la cordillera. Además se avistan varios buitres y se han encontrado indicios de un búho real en las paredes rocosas de Pico Cuartas, en la misma zona donde se ha asentado la única pareja de águila real. Asimismo, el biólogo advierte sobre la presencia de acentor alpino, gorrión alpino y roquero rojo, entre otras especies protegidas.
En el ascenso se deja atrás la deshabitada población de San Andrés. Todavía hoy el pueblo de Portilla de la Reina mantiene una ofrenda a la población palentina de Cardaño que fue heredada de los vecinos de este peculiar pueblo montañés, hoy reducido a unos pocos montones de piedra. Tras cruzar Bobias y llegar a Hoyo Empedrado, una pequeña laguna en las estribaciones de Tres Provincias, se inicia el ascenso hasta la cima, donde todavía se conservan pequeños neveros. La meta es un collado que se encuentra en la parte alta de Lechada y Naranco, zona que limita con la zona más remota y mejor conservada de Fuentes Carrionas, también territorio osero por excelencia y muy integrado en las zonas de reserva.
Desde esta localización es la única manera de contemplar la excepcionalidad geológica de la zona, algo que no se puede percibir, ni por asomo, desde el fondo de los valles. Se puede ver un sector formado por rocas silíceas, que incluye un determinado núcleo de granodioritas —un tipo de roca magmática— para acabar fundiéndose en la cumbre de Peña Prieta. Se trata de un fenómeno absolutamente excepcional en el contexto de la cordillera y de los parques de Picos de Europa y Fuentes Carrionas, donde se conserva un relieve glaciar «de lo mejorcito de la península», comenta Frechilla. La roca plutónica no procede de ningún volcán, por lo que resulta obvio que procede del núcleo de la Tierra.
Parece que no existe actividad alguna en la zona. Pero no es cierto. Un fotógrafo de la empresa Cauquén persigue ejemplares de pechiazul, mientras que al fondo del valle, junto al río, se percibe una pequeña cabaña ganadera. Las cimas están tomadas por montañeros y excursionistas y, sorprendentemente, a media tarde aparece un grupo de esquiadores. Llegan desde Valladolid. Hora y media en coche y un buen rato en bici hasta llegar a media montaña, donde suben a pie para esquiar en un nevero que no tardarán más de medio minuto en descender. «Es otra manera de hacer esquí», comenta uno de ellos, autor del blog Montañas a esgalla (buscar en blogspot). Pese a lo que parece, no están de acuerdo con el macroproyecto pensado para la zona. «No queremos que estropeen esto», replica otro de ellos, en cuyo casco se puede leer «no a San Glorio». «Con lo que hay en la cordillera, sería deficitario», apunta otro. «La idea es que esto siga salvaje».