Montilla minimiza su intento de agresión durante la manifestación

«Un incidente que no tiene más importancia». Así definió el presidente de la Generalitat el intento de agresión que sufrió al término de la manifestación del sábado en Barcelona. José Montilla explicó que esas situaciones son gajes del oficio que «no es la primera vez» que tiene que soportar. Además del intento de agresión de un radical, el gobernante catalán tuvo que escuchar insultos, «botifler» (traidor), y gritos de dimisión.

Negó, sin embargo, que abandonara la marcha por ese incidente. Explicó que una vez que se disolvió la cabecera de la manifestación y se entonó el himno de Els Segadors se fue hasta su automóvil, pero como no había llegado esperó en el interior de la Consejería de Justicia a que llegara, cosa que hizo a los diez minutos. Montilla aceptó que en ese trayecto fue seguido por «una treintena de energúmenos», pero «en ningún momento» sintió que peligrara su «integridad».

«Minorías». El presidente catalán señaló que «intolerantes y fascistas» hay en todas las manifestación y aunque lleven «distintas banderas» son «minorías localizadas» que comparten objetivos totalitarios. Lo importante, dijo, lo que ha hecho «historia» ha sido la manifestación de apoyo al Estatut y sus grandes dimensiones, «lo que no hace historia es la anécdota» del intento de agresión.

El presidente de la Generalitat destacó que la protesta contra el Tribunal Constitucional fue «cívica, unitaria y pacífica» por lo que su valoración tenía que ser «globalmente positiva». Restó trascendencia asimismo a la proliferación de banderas independentistas en la concentración porque había «más personas que estelades (enseñas con la estrella secesionista)». La mayoría de la concurrencia, añadió, iba sin ningún tipo de bandera o con senyeras .