Análisis | a. gaitero
A dieta de dietas
El consorcio suspende el cobro de las dietas de 240 euros por asistencia a reuniones asignadas a personal técnico y representantes municipales
«Soy presidente del consorcio del polígono industrial desde finales del 2009 y el primer decreto que firmé fue para que ningún miembro cobre dietas mientras no se solucione la deuda histórica del consorcio».
Con esta medida el concejal del PSOE y presidente del consorcio, Miguel Ángel Fernández Cardo, sabe que «no se va a solucionar el problema de la deuda, pero quiero que se vea un cambio en la gestión de este organismo». Por cada asistencia se cobraban 240 euros.
Desde entonces, el consorcio tampoco ha mantenido muchas reuniones. La última se celebró en mayo y ya hubo una merma en la asistencia de sus integrantes. «Hay algunos que estamos siempre, cobremos o no», dijo mencionando a los alcaldes de Onzonilla y Santovenia de la Valdoncina.
El presidente del consorcio dice que no quiere mirar atrás, pero no se le escapa que el consorcio «nació con mal paso». Como el polígono, apostilla Ángel Taranilla, que «de polígono estrella se ha convertido en polígono estrellado». Este área industrial tiene su origen en 1978, cuando se realizó la urbanización de la primera fase, para continuar al año siguiente con la distribución de energía eléctrica y alumbrado público y los depósitos de agua y caseta de bombas.
Pero los problemas de escasez de agua obligaron a realizar una nueva captación de aguas subterráneas entre 1982 y 1983 y a la impulsión de agua desde el pozo Ranney hasta los depósitos.
La segunda fase del polígono, casi toda ella en Santovenia, se terminó en 2003, pero hoy en día todavía el 60% de su terreno está sin ocupar.