Diario de León

león se crece en veranoLa vuelta de los que un día se fueron

Miles de leoneses preparan las maletas para volver a casa y disfrutar de su tierra

Aunque algunos ya hace décadas que emigraron, esperan con impaciencia el verano para el retorno

Las calles de los pueblos ya empiezan a llenarse de la alegría de los niños, en la imagen Prioro, hi

Las calles de los pueblos ya empiezan a llenarse de la alegría de los niños, en la imagen Prioro, hi

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S. R. GALLARDO/ A.G. VALENCIA/ R. PÉREZ | LEÓN
León

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Alguien dijo que la infancia es una patria para el hombre. Todos aquellos o por lo menos la mayoría de los que nacieron a lo largo de la geografía leonesa, conservan un lazo afectivo con su tierra. Médicos, profesores, basureros o camareros, que por diversos motivos propios o circunstancias ajenas se vieron obligados a abandonar su pueblo, viven con un átomo de añoranza por sus raices.

Es el caso de pueblos como Cerezales del Condado o Prioro, entre otros muchos, que dejan una huella en sus paisanos que esperan con ansía las vacaciones para volver a casa.

En estas localidades, que en invierno apenas quedan vecinos, quintuplican en muchos casos su población en los mese estivales. Es el caso de San Miguel de Escalada, que incluso habilita un bar, además del ya existente, para los meses de verano, o «hay sacerdote», como confesaba una vecina del municipio.

Quizá sea la crisis económica, que impide que muchos puedan salir al extranjero o viajar a la costa, o quizá sean las raices profundas que cada uno lleva de su tierra, pero la realidad es que León se prepara recibir una masa de hijos pródigos que esperan estas fechas para volver con los suyos, para comer buena cecina, para escapar del calor sofocante de otras zonas del país, o para despertarse por la mañana y respirar el aire puro de la montaña, con la tranquilidad que en ella existe y tan lejano queda en Madrid, Barcelona o Bilbao, los lugares mayoritarios de donde retornan estos leoneses.

Muchas de estas localidades no tienes atractivo turístico, al menos para aquellos que lo ven desde fuera, pero la vida que estos pueblos reciben en verano les permite un soplo de aire fresco para subsistir el resto del año. «Niños corriendo, gente en el bar, o personas paseando por las calles hace pensar que la nostalgía perenne y el recuerdo de las tierras que le vio nacer tiene una presencia constante en los sentimientos de las personas que en su juventud se marcharon en busca de un futuro mejor, pero que siguen unidos a su tierra a modo de cordón umbilical», tal y como comentaba Mariano Rojo, alcalde de Posada de Valdeón. Este pueblo, que además crece muy significativamente en verano, pasando de sus 300 habitantes en invierno a los casi 1200 que llega a albergar a mitad de agosto.

«Posada sería el núcleo central de turismo rural y de vuelta de hijos del pueblo de todo el norte de León», tal y como confesaba Rojo, alcalde del municipio, quien se mostraba orgulloso.

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