Cobrana
Un pueblo en el que hay niños es mucho más alegre
Tranquilidad. Eso es lo que buscan las personas que se compran una casa en Cobrana, un pueblo enclavado en las montañas, a quince minutos de Ponferrada, que pertenece a Congosto. Cobrana tiene entre 30 y 40 vecinos durante el año, casi todos mayores; pero en verano la cosa cambia. Familiares, visitantes y, sobre todo, los que se han enamorado del lugar y se han comprado una casa son los que llenan de movimiento Cobrana durante los fines de semana y el verano. Hay incluso una familia de Canadá que viene en el periodo estival a descansar. En total, su población se llega a duplicar o triplicar entre julio y agosto.
Lo que más destaca la gente del pueblo es la vida que dan los niños pequeños. Comenta Manuel Gundín, uno de los vecinos que también vive allí durante el inverno, la alegría que dan los pequeños a un sitio como este. «Un pueblo para que sea bonito tiene que tener niños», cuenta Gundín, de 74 años.
La ruta botánica a los alcornocales y la posibilidad de pasear por las montañas son algunos de los lujos y atractivos del pueblo, que también cuenta con una piscina. No obstante, la asociación de vecinos y el Ayuntamiento ponen sus miras en las actividades culturales, organizando charlas o recitales, como el de poesía natural que arranca este año. Jesús Fuentes, otro de los vecinos, que vive entre Bembibre y Cobrana, añade que la única pega es el acceso. El paisaje del valle es inigualable para él, pero denuncia la falta de una vía hacia Bembibre.