El Rey defiende una España unida y el entendimiento de todos contra la crisis
Los Reyes realizaron en la Catedral de Santiago de Compostela la tradicional Ofrenda Nacional al apóstol, al que pidieron resolver cuanto antes la situación económica
El Rey pidió ayer, ante el Apóstol Santiago, que se fomente todo lo que une y hace más fuertes a los españoles, todo lo que asegura la solidaridad entre las autonomías y que hace de España la «gran familia unida, al tiempo que diversa y plural, de la que nos sentimos orgullosos».
Don Juan Carlos, acompañado por Doña Sofía, realizó en la catedral compostelana, la Ofrenda Nacional al Apóstol Santiago, una costumbre, que según ha recordado, mantiene la Corona desde 1643 y que el Rey hace en nombre del país cada Año Jubilar.
El monarca pidió al Santo que ayude a España a resolver cuanto antes la «grave crisis económica» y sus «duras consecuencias para millones de personas y de familias», particularmente para los jóvenes, y a erradicar «la sinrazón de la barbarie terrorista».
Durante la Ofrenda, el Rey instó a los responsables políticos, económicos y sociales a que «sirvan con generosidad» al interés general y favorezcan siempre «la cohesión y el entendimiento entre todos, atendiendo con eficacia a los problemas» de los ciudadanos.
Ánimos. Tras resaltar que no era «tiempo de desánimo, sino de mucho trabajo y dedicación», Don Juan Carlos pidió redoblar esfuerzos, con la confianza en una España que «ha sabido sobreponerse a las dificultades y resolver los problemas con la entrega de todos y en el marco de nuestra Constitución», alcanzando así una de las etapas «más fecundas» de su historia.
Por ello, rogó al Santo que ayude a conservar y mejorar lo conseguido y a promover «el diálogo y el consenso, la tolerancia y el respeto mutuo, el amor a la justicia y a la equidad, para reforzar los pilares de nuestra convivencia en libertad en torno a las reglas y principios que nos hemos querido dar».
No se olvidó de Europa, que necesita estar cada vez «más integrada para hacer valer su voz en esta era de la globalización», ni de Iberoamérica para que, al igual que el resto del mundo, pueda disfrutar de paz, libertad, justicia y prosperidad.
Que la guerra, el terrorismo, la opresión, el hambre, la discriminación y la violación de los derechos humanos «sean proscritos de la faz de la tierra», y que se preserve el entorno natural, ha deseado también el monarca en el día grande del Xacobeo 2010.