Perfil del incendiario: de 30 a 58 años y adicto a la bebida
El perfil del incendiario forestal es el de un varón, de nacionalidad española, soltero, de entre 30 y 58 años, con un trabajo de escasa cualificación, que abusa de sustancias, sobre todo del alcohol, y que reside y trabaja cerca del lugar donde prende el fuego.
Así se desprende de un estudio realizado por la Guardia Civil y entregado a la Fiscalía de Medio Ambiente. El perfil medio de este incendiario se ha llevado a cabo tras entrevistar a 35 incendiarios forestales que se encontraban privados de libertad. La síntesis arroja que tiene estudios elementales o primarios, una infancia normal, que vive en un entorno rural, no suele tener problemas físicos, y cuando se han hallado problemas psicológicos suele tratarse de trastornos psicóticos.
Sin motivación. Su incendio es intencionado aunque no existe una motivación clara, y no hay cómplices ni coautores. La investigación, que se llevó a cabo entre 2007 y 2009, incluye el análisis de una muestra de 510 incendios forestales en los que se llegó a conocer a sus autores, incluidos los 35 entrevistados ya citados. A raíz de este análisis se estableció una clasificación por incendios.
De tipo agrícola. Así, los denominados de tipo «agrícola» se suelen producir por quema de rastrojos o limpieza de pastos sin autorización y son llevados a cabo por personas mayores de 60 años, casados, y pensionistas que viven en poblaciones grandes. Los de «clase ganadera», se inician en el interior de masas forestales o en caminos agrícolas, suelen llevarse a cabo para obtener un beneficio, se producen en invierno y sus autores tienen entre 36 y 46 años, son trabajadores autónomos del sector agrícola, y viven en poblaciones pequeñas.
Pistas forestales . El tercer conjunto de incendios forestales se inician exclusivamente en pistas forestales, se prenden sin ningún sentido y sus responsables son menores de 47 años, casados y trabajan en el sector de la construcción. El último grupo de incendios forestales es un cajón de sastre de siniestros que no están relacionados con ninguna motivación en especial pero que comparten el haberse producido en carreteras o sendas, cometidos por cualquier tipo de persona y que responden a distintas motivaciones, lo que explica la dificultad para encontrar un perfil.