Análisis | r. gorriarán
El final de las reticencias
El Gobierno acaba con los recelos de los nacionalistas hacia Zapatero
Los nacionalistas han introducido en las negociaciones presupuestarias la demanda del respeto a la lista más votada en las convocatorias electorales. Un planteamiento que para el PNV tiene sus costes porque limita su política de pactos con otras fuerzas nacionalistas para gobernar, pero que aseguraría su control sobre corporaciones vitales para sus intereses políticos.
El panorama ha sido suficiente para vencer las reticencias de los nacionalistas hacia Zapatero. En el grupo vasco del Congreso los epítetos de «sin sustancia e inconsistente» dedicados al presidente del Gobierno han sido moneda corriente. Mas la relación entre el jefe del Ejecutivo y el presidente del PNV, Íñigo Urkullu, es «sólida», al decir de colaboradores de ambos. Las conversaciones telefónicas entre los dos son frecuentes y el líder nacionalista ha visitado el palacio de la Moncloa con discreción en más de una ocasión.
Así las cosas, PSOE y PNV se encaminan una vez más a ser salvavidas uno del otro aunque sea a costa de colocar en una más que difícil situación al Gobierno del socialista de Patxi López, de nuevo convidado de piedra. Zapatero tuvo muchas dudas sobre la inteligencia de bendecir el acuerdo entre sus compañeros en Euskadi con el PP para arrebatar Ajuria Enea a los nacionalistas. El tiempo no ha hecho más que alimentar aquellos titubeos.