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ACTO EN LA EMBAJADA AZTECA

Felipe González cree que la legalización internacional de las drogas pondría fin al narcotráfico en países como México

"Ningún país puede unilateralmente decidir eso sin un coste extraordinariamente grave para sus dirigentes", sostiene el expresidente

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Europa Press (MADRID)

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El expresidente del Gobierno, Felipe González, ha defendido este lunes que el narcotráfico y la consecuente violencia no es solo un problema de México, sino que tienen mucho que ver con Estados Unidos, y ha considerado que la solución podría pasar por una legalización internacional del consumo de las drogas.

González, que asistió ayer a la recepción organizada por el embajador de México en Madrid, Jorge Zermeño, con motivo del 200 aniversario de la independencia de su país, ha hecho especial hincapié en que la violencia que vive el país azteca " no es un problema solo de México ".

" México está poniendo los muertos " mientras que el dinero que genera el narcotráfico, "l os 350 o 360.000 millones de dólares están en la otra parte " de la frontera con Estados Unidos, ha señalado, subrayando que " de ahí vienen las armas ". " Ese desequilibrio hay que cambiarlo ", ha defendido en declaraciones a la prensa.

VISIÓN SIMPLISTA

Así las cosas, tras lamentar la visión simplista de la situación expresada por la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, que comparó México con la Colombia de hace dos décadas, González ha incidido en que el fenómeno de la criminalidad organizada es internacional y es "una de las amenazas a la seguridad más serias que padece el mundo, no solo México".

El expresidente del Gobierno ha considerado que podría ser "una opción" la celebración de una conferencia internacional sobre este asunto, si bien reconoció que es "difícil que se vaya a producir".

ILEGALIZACIÓN DEL ALCOHOL

Por otra parte, ha hecho una invitación para "volver la vista atrás y pensar en la criminalidad organizada en Estados Unidos, con miles de muertos, y que dependía de la ilegalización del alcohol". Con aquella violencia, ha recordado, "se acabó la prohibición y el negocio, con los impuestos que fuera, se hizo legal".

En este sentido, ha defendido como solución al problema la legalización de las drogas, si bien ha recalcado que "ningún país puede unilateralmente decidir eso sin un coste extraordinariamente grave para sus dirigentes".

ACUERDO INTERNACIONAL

Por ello, ha agregado, "debe ser un acuerdo internacional, que se cumpla entre todos", ya que si fuera solo un país el que decidiera levantar la prohibición habría "un crecimiento en punta del consumo con un coste absolutamente inasumible para los dirigentes políticos". "Creo que ese va a ser el único camino que tenemos realmente para enfrentar" este problema, agregó.

González, que no quiso entrar a valorar, "porque sería una impertinencia", la labor en la lucha contra el narcotráfico y el narcoterrorismo por parte del presidente mexicano, Felipe Calderón, sí destacó que este está trabajando para "recuperar el control del territorio" ante la "tentación de algunos grupos organizadores de controlarlo".

Tendrán que ser, añadió, quienes le juzguen aunque, concluyó, "ha tomado una decisión muy difícil, muy valiente y con los riesgos que vemos" en la actualidad.

PAÍS LIBRE Y DEMOCRÁTICO

Por su parte, el embajador defendió en su discurso que México es un país "libre, democrático, plural y que defiende los Derechos Humanos" de ahí el que el narcotráfico y sus acciones sean "repudiadas por todos y combatidas" por el Estado.

En este sentido, se mostró convencido de que "saldremos adelante" y defendió que las imágenes que a diario muestran los medios "no corresponden a la realidad cotidiana de los 107 millones de mexicanos".

En cuanto al bicentenario, Zermeño hizo especial hincapié en que la independencia no supuso un "divorcio entre los dos" sino que el inicio de una "amistad y entendimiento que se ha mantenido durante estos 200 años, entre otras cosas por los fuertes lazos de "consanguineidad" entre ambos países y por la cultura y el idioma compartidos.