La Generalitat promete mano dura con los violentos
Tras la vuelta a la calma después de la batalla, el consejero catalán de Interior, el ecosocialista Joan Saura, compareció ayer para salir al paso de las críticas por no dar la cara durante la violenta jornada de huelga que se vivió el miércoles en Barcelona y para señalar que los violentos que provocaron los altercados en el centro de la ciudad no conseguirán implantar sus ideas por la fuerza. «Sus actuaciones no quedarán impunes», dijo.
Saura vuelve así a estar en el ojo del huracán por el mismo motivo que en las ocasiones anteriores: se le acusa de no haber actuado de forma preventiva y de ser excesivamente permisivo con los grupos violentos. Especialmente a la hora de desalojar al grupo de militantes antisistema que utilizó la antigua sede de Banesto, ocupada tres días antes como cuartel general de sus acciones de guerrilla urbana. Interior se escudó ayer en que el juez no autorizó el desalojo, mientras que éste respondió que nadie se lo pidió. El día de huelga general se saldó en Barcelona con 81 heridos, 49 de ellos mossos, y 43 detenidos, el 40% con antecedentes policiales.