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Venezuela sugiere que la confesión de los etarras se obtuvo bajo torturas

El embajador matiza sus palabras y el Gobierno da por buenas las explicaciones

El embajador de Venezuela en España, Isaías Rodríguez.

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r. c. | madrid
León

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Venezuela tiene «serias dudas» de que las confesiones de los miembros de ETA Javier Atristain y Juan Carlos Besance sobre su entrenamiento con armas y explosivos en ese país caribeño no hayan sido obtenidas bajo torturas y coacciones. Así lo sugirió el embajador venezolano en Madrid, Isaías Rodríguez. Sus palabras motivaron la reacción del Ministerio de Asuntos Exteriores, que preguntó al diplomático qué había querido decir, y éste negó después haber dicho que los dos terroristas fueron torturados para que hicieran esa confesión. Se ratificó, no obstante, en que su Gobierno tiene «dudas» de que las declaraciones de ambos etarras fueran «voluntarias».

Rodríguez convocó una conferencia de prensa en la misión diplomática y dijo en una declaración leída: «La supuesta confesión bien pudo ser arrancada irregularmente, y si así fuera no tendría ningún valor probatorio». El diplomático prosiguió: «aun conscientes de que en estos casos no debe ocurrir la tortura, las amenazas contra seres queridos o bien recompensas para que se pronunciaran en la forma que lo hicieron, Venezuela tiene serias dudas de que estas declaraciones, por falsas y maliciosas de parte de quienes las emitieron, hayan sido totalmente voluntarias». Luego, en el turno de preguntas, matizó y dijo que sus palabras eran «conjeturas, desde un punto de vista teórico, sobre que no toda confesión puede darse como válida».

Horas más tarde, la Embajada de Venezuela, y tras una llamada del departamento de Miguel Ángel Moratinos, emitió un comunicado para responsabilizar a los medios de comunicación de haber sacado de contexto las palabras de Rodríguez para «enfrentar a dos gobiernos amigos». Sobre el asunto de los presuntos malos tratos, el embajador mantuvo que «nunca hemos imputado ni soborno ni tortura al Estado español», pero ratificó que el Gobierno de Caracas tiene «dudas de que esta declaración haya sido voluntaria». El diplomático tachó además de «absurdo» que se dé más credibilidad a «unos criminales» miembros de ETA que a Venezuela, «un estado cooperante con las causas de la paz», que ha negado, por boca de su presidente, Hugo Chávez, que Atristain y Besance hayan sido entrenados en su territorio.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se dio por satisfecho con la «corrección» hecha por el embajador venezolano y quitó hierro al asunto. En unas declaraciones en los pasillos del Senado, defendió que las declaraciones de los dos etarras del desarticulado comando Imanol ante la Guardia Civil, primero, y ante el juez, después, sobre su entrenamiento en Venezuela presentaba gran «verosimilitud». Pero negó que pueda responsabilizarse de nada al Ejecutivo de Hugo Chávez.

Las explicaciones del gobernante venezolano también fueron suficientes para la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, que consideró que la respuesta de Chávez fue «muy clara».

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