Diario de León

Los estorninos se ceban en León

El Ayuntamiento confía en que emigren entre enero y febrero

No sólo en los paseos de la Condesa y el Parque, los estorninos campan por toda la ciudad.

No sólo en los paseos de la Condesa y el Parque, los estorninos campan por toda la ciudad.

Publicado por
a. caballero | león
León

Creado:

Actualizado:

Son un ejército. Disciplinado. Gregario. Uniformado. Una formación inquebrantable que ha hecho campamento en cinco zonas de León: los paseos de la Condesa Sagasta y el Parque, en el entorno del campus universitario de Vegazana y los parques de los Reyes y Quevedo. Llegan con la puesta de sol y hacen noche, después de una jornada incansable de maniobras de altos vuelos. Arracimados, pasan las horas nocturnas en gorgojeo continuo, templada la algarabía inicial. Antes del alba emprenden vuelo, con el suelo y el mobiliario urbano minado de excrementos, y vagan por el cielo en un radio de entre 25 y 50 kilómetros. Llevan desde octubre y se espera que como muy tarde en febrero hayan cambiado de destino. No es el primer año. Ni será el último. Apóstoles del cambio climático. Los estorninos han tomado la ciudad.

Las ingentes bandadas se han convertido en un problema con el que el Ayuntamiento está resignado a convivir. Se ha probado la colocación de plantas artificiales acústicas, que lanzan disparos y sonidos con periodicidad como los que la manada emite cuando se encuentra en peligro; se ha estudiado el recurso de señales luminosas que los asusten... «Lo único que se consigue es que cambien de sitio, que se vayan a otra zona de la ciudad, aunque vuelven a aparecer», resume Antonio Ugidos, técnico de la Concejalía de Jardines, quien también ha sopesado que la administración municipal contrate los servicios de expertos en el adiestramiento de aves rapaces. «Habría que contratar un ejército de halcones y eso, entre otras cosas, es inviable económicamente», reseña el ingeniero agrónomo, que en su documentación ha acumulado experiencias de otras ciudades del tercio norte peninsular, todas con «resultados como mucho a corto plazo, como en Logroño, pero al final decepcionantes». «En las monjas dominicas de La Virgen del Camino les pusieron los sonidos que hacen para avisar de un peligro a los demás y terminaron por posarse en los altavoces», cita como ejemplo nítido de la adaptación que los estorninos hacen al medio adverso.

La «lucha contra la confortabilidad» de los estorninos se reduce ahora a una mera readaptación de costumbres del Ayuntamiento, además de la dedicación especial del servicio de Limpieza. Cansada de que los bancos amanezcan engorrinados por los excrementos de los pájaros, la Concejalía de Parques y Jardines que dirige Javier Chamorro ha tomado la decisión de retirar dos o tres de los que hay en la parte central de Condesa Sagasta, que serán repuestos en primavera, como ya ha sucedido en los últimos años. Poco más. Salvo la nueva idea de «podar un poco los castaños de indias a partir de mediados de este mes». «Tiene que ser una poda muy técnica porque estos árboles no la aceptan, cicatrizan muy mal y hay que tratarlos con productos. No es la práctica ideal, pero hay que buscar un término medio», anuncia Ugidos, quien detalla que la medida permitirá además paliar la umbría que hay en la zona y que es la causante de que no crezca bien el césped en los espacios ajardinados del paseo, donde a los estorninos se les han unido como compañeras una treintena de urracas.

La molestia no se limita a Condesa Sagasta, aunque sí es el la mayor por cantidad. La turba, aunque ordenada, también está empadronada en Quevedo y los Reyes, en las inmediaciones del campus entre La Palomera y La Asunción, en el Paseo del Parque, junto al CHF, donde se han hecho dueño de los plátanos. «Siempre escogen árboles grandes y vigorosos», apunta Ugidos, que explica el creciente fenómeno de los estorninos en las ciudades del norte de España como consecuencia del avance de las condiciones urbanas. «Ahora, la diferencia de temperatura con el campo es mucho mayor. En las ciudades hay calefacción, coches, las calles están asfaltadas, con lo que se impermeabiliza el terreno... Son pilas térmicas que se cargan durante todo el día y sueltan el calor por la noche. Por eso se quedan aquí».

En esas condiciones, el ejército no tiene intención de dejar el campamento nocturno. En febrero buscarán otro espacio. Pero amenazan con volver.

tracking