Diario de León

El Ejecutivo se resiste a condenar a Marruecos por los sucesos de El Aaiún

El ministro ordenó desalojar el campamento porque «actuaban como Al Qaeda»

El ministro del Interior, Pérez Rubalcaba, conversa con su homólogo marroquí, Cherkaui.

El ministro del Interior, Pérez Rubalcaba, conversa con su homólogo marroquí, Cherkaui.

Publicado por
antonio montilla | madrid
León

Creado:

Actualizado:

La sociedad española tardará mucho tiempo en conocer qué sucedió el 8 de noviembre en El Aaiún y en el campamento de jaimas situado a 12 kilómetros en el que miles de saharauis reclamaban mejoras sociales. Existen dos versiones diametralmente opuestas. Una, la del Gobierno marroquí, que asegura que sus policías «no utilizaron armas de fuego» y que los únicos muertos fueron diez de sus agentes; y otra, la de los activistas prosaharauis y oenegés que se encontraban allí, que habla de «unos cien muertos civiles, 4.500 heridos, 600 desaparecidos y más de 2.000 detenidos».

El Ejecutivo español intenta guardar un difícil equilibrio entre uno y otro relato de los hechos. El vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se resistió ayer a condenar los incidentes ocurridos en la antigua colonia española y se limitó a expresar al titular de Interior marroquí, Taieb Cherkaoui, durante la reunión que ambos mantuvieron en Madrid, la «preocupación grave» existente en el Gobierno por las acusaciones sobre lo ocurrido durante el cerco a El Aaiún, pero sin condenar nada ni a nadie.

Rubalcaba, después de la explicación pública que dio Cherkaoui, tampoco se mojó respecto a la «detallada y minuciosa» explicación que le había dado el ministro marroquí sobre el operativo, aunque aceptó que «refuta» buena parte de las acusaciones de los saharauis. Preguntado sobre si se creía la versión marroquí, no la dio por buena, pero tampoco por mala. Sólo dijo que era «una versión muy detallada». Sí subrayó el compromiso adquiridos por las autoridades del país vecino para «investigar cualquier duda sobre personas o sucesos» que tenga el Ejecutivo español.

Veto a la prensa. Sobre el veto marroquí a que los medios informativos españoles viajen a El Aaiún, el vicepresidente reiteró la postura gubernamental en «defensa de la libertad de expresión» como pilar de la democracia, y al hilo de esa reflexión, explicó que hay conversaciones a «alto nivel» con las autoridades de Rabat para solventar esta censura a los medios de comunicación españoles. «Esperamos una respuesta en los próximos días», remachó Rubalcaba sin entrar en los pormenores de esta negociación.

Rubalcaba sí dejó claro que lo único «contrastado» es que durante la revuelta de El Aaiún murió el ciudadano español Baby Hamday Buyema. El Gobierno de Marruecos informó que la Fiscalía General de su país ha abierto una investigación para esclarecer cómo pereció Buyema. Cherkaoui, que se refirió a la víctima como «ciudadano marroquí», dio su versión del fallecimiento: «Fue un atropello» y anunció que se han puesto en marcha pesquisas policiales y judiciales para esclarecer este suceso. Hasta ahí, coincide con la de la familia de Buyema, sólo que ésta sostiene que el trabajador de una empresa minera fue bajado del autobús en que viajaba por agentes marroquíes y fue atropellado varias veces por un vehículo policial.

Cherkaoui dio su explicación de la reunión con Rubalcaba en la residencia del embajador de Marruecos en Madrid -que curiosamente está vacía porque Rabat aún no ha designado al nuevo jefe de la legación-, y se extendió en un largo relato de los hechos ocurridos en el campamento de Gdim Izik.

Cherkaoui justificó y alabó la actuación policial contra los rebeldes, que «actuaban con técnicas similares a las que emplea Al Qaeda» en la zona del Sahel.

El ministro del Interior marroquí además volvió a cargar contra la prensa española.

tracking