Los sindicatos exigen paralizar los ERE y reclaman reindustrialización urgente

Aunque reconocen que no tienen datos sobre el anunciado acuerdo entre Industria y las eléctricas para inyectar liquidez a las empresas mineras, los sindicatos ven en esta medida un rayo de luz en medio de un oscurísimo panorama. Es un respiro, matizan, pero no una solución. La salida definitiva tiene que venir de manos del Gobierno, que no es el culpable de la situación pero sí el responsable de lo que ocurra. Así lo asegura Alberto González Llamas, secretario general de la Federación de Industria de CC.OO., que advierte de que el respiro debe ser para todos, no sólo para las empresas: «Tienen que frenar los ERE pendientes».

Dentro de la falta de información en la que está inmerso este acuerdo, si llega dinero a las empresas tiene que servir «primero para pagar a las contratas a las que se deben nóminas». Francisco Aller, de UGT, presidente del comité de Empresa de Coto Minero Cantábrico, insiste en que «no cabe que los ERE sigan adelante». Y no esconde su escepticismo: «Hasta ahora todo han sido palabras, no nos creemos nada».

En el caso de la Hullera Vasco Leonesa, donde los ERE aún no se han presentado pero serán comunicados ya la próxima semana, el presidente del comité, Marcos Martínez Valledor, de USO, confía en que la inyección de dinero permita frenar a tiempo los despidos. Y se pregunta qué pasará más allá de diciembre, porque sospecha que el bloqueo del real decreto de incentivos tiene mucho que ver con las intenciones del futuro reglamento de ayudas europeo. «Se trata de apretarnos para conseguir que la fecha límite del 2018 se vea como un milagro, cuando antes el plazo de ayudas y de vida de las minas era mucho más amplio».

Aller se resiste a aceptar que el fin de la minería esté a la vuelta de ocho años. «Las ayudas tienen que mantenerse al menos hasta que la reindustrialización de las comarcas mineras esté hecha. En Alemania han avanzado mucho en este sentido, pero Laciana no tiene hoy nada de nada».

Un argumento en el que coincide González Llamas, quien no oculta su «perplejidad» ante el giro que han dado las negociaciones en Bruselas. «Tengo la impresión de que el Gobierno está dando su brazo a torcer, y que puede contentarse conla fecha del 2018 ó 2020. Trata de alargar el plazo, pero no tiene la firmeza suficiente como para mantener que no se establezca un fin a las ayudas».

Sea cual sea la fecha, «las comarcas mineras españolas no tienen margen suficiente para reindustrializarse, y eso es esencial antes de acabar con el carbón». Incluso aunque no se fije un fin de las ayudas, el dirigente de CC.OO. apuesta por derivar los proyectos de energías renovables a las comarcas mineras. «Es factible y podría ser la salvación. Pero hay que impulsarlo desde ya».

Marcos Martínez hace hincapié en la necesidad de mantener mientras tanto la actividad minera. «Si se paraliza, no hay nada que reindustrializar, la gente se marchará y las comarcas mineras no tendrán futuro».

Aller asegura que esta batalla de futuro «no está sólo en manos de los sindicatos, corresponde sobre todo a las comarcas, a sus políticos. Todos debemos involucrarnos en la reactivación de las cuencas, ya no vale que los mineros salgamos a la calle, no está en nuestras manos».

González Llamas va más allá: «El Gobierno, que presume de haber defendido el sector como nadie, pese a que es la época en que hemos tenido más problemas, debe definir si apuesta con firmeza por el carbón en el mix energético, si cree en su futuro».