La quiebra de empresas y las obras reducen las ventas
El azar es caprichoso y el número del gordo que saldrá el 22 de diciembre no responde a leyes científicas ni tiene causas justificadas. La venta de lotería sí las tiene, la lógica de la economía y los mercados, entre otras.
Muchos de los despachos de lotería de la capital leonesa y de toda la provincia han visto reducidas las ventas por la quiebra de empresas que otros años eran clientes que solicitaban muchos billetes y ahora ya no compran porque no existen.
Es el caso de Ángel, de las administración de lotería Los Gemelos de la avenida Alcalde Miguel Castaño, «tenía dos clientes fuertes que eran empresas y ya no existen». En el caso de Carlos Manso, de la administración de Boñar que vendió el gordo en 2008, asegura que «los que jugaban diez ahora juegan ocho y con las empresas estamos en las mismas».
Otras de las prácticas habituales en estos sorteos, el anticipo de la lotería y su cobro a posteriori, ha perdido adeptos este años ante la desconfianza de que se no pueda cumplir con los plazos. Algunos loteros aseguran que «no se la abonas si no te la pagan, es un riesgo dejar lotería».
A otros, en cambio, lo que hacen que sus ventas mermen es la realización de obras cerca del establecimiento. Es lo que le ha ocurrido a Cristina, de la administración número 17 de la calle General Sanjurjo.
«En el sitio donde estamos -”cruce de Michaisa-” nos han hecho mucho daño las obras. Espero que habrán antes de Navidad porque con la crisis todo el mundo tira para atrás y encima esto», asegura la lotera de Armunia.
Los premios, el mejor reclamo. Si la quiebra de empresas y las obras reducen el despacho de billetes, el cartel de «El gordo, vendido aquí» dispara las ventas exponencialmente.
En la provincia de León lo han vendido la administración de la calle Santa Clara de la capital en 1988 y la administración número uno de Boñar hace un par de años.
Aunque no ha vendido nunca el primer premio, la administración de Valencia de Don Juan Loterías Coyanza ha vendido dos segundo, un tercero, un cuarto y tres quintos de la Lotería de Navidad, además tres primero de la Lotería Nacional semanal.
Establecimientos que son parte de la Historia popular de la provincia y que reciben el premio de los clientes por haber «repartido la suerte».