Diario de León

ESCENARIO TEMPORAL

León supera Michaisa

La solución al histórico cruce, abierta ayer al tráfico, permite ahorrar a los ciudadanos cerca de 20 minutos de colas y semáforos en un enclave que cruzan a diario más de 40.000 vehículos

Los vecinos se frotaban los ojos al ver pasar los primeros coches.

Los vecinos se frotaban los ojos al ver pasar los primeros coches.

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a. caballero | león
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La diferencia son 20 minutos en hora punta. Tres y hasta cuatro fases de disco en rojo mientras la cola avanza. Unos semáforos que se ha tragado la tierra; la misma que se ha abierto para que la prolongación de la avenida de Portugal hacia la N-120 pase sin problemas soterrada y no interrumpa el tráfico de la intersección con Doctor Fléming-avenida de Antibióticos. El cruce de Michaisa, el punto negro de concentración de tráfico por excelencia de la ciudad, donde más de 40.000 vehículos se empantanaban a diario, es un recuerdo para contar a los que vengan detrás. Desde ayer a las 11.00 horas, después del reparto de trozos de cinta y el paseo de las autoridades por el subterráneo, los primeros coches, los oficiales de los políticos, estrenaron la infraestructura. Arriba, apoyados en las balaustradas, los vecinos se frotaban los ojos, más de una década después de que levantaran la voz para reclamar una solución que mejorara su calidad de vida. «Es un día histórico», coincidieron los portavoces de Gobierno, Junta y Ayuntamiento. El día en el que pasar por Michaisa, la entrada oeste de la ciudad, empezó a ser cosa de dos minutos, pese a la limitación de 50 kilómetros por hora y que sólo haya un carril soterrado en cada sentido.

El hito reúne la voluntad de los tres agentes implicados. El Gobierno central, que aportó 2,1 millones de euros asociados a la cesión de la titularidad al consistorio de los viales implicados, que antes formaban parte de una carretera nacional; la Junta, que cumplió con el compromiso de sumarse con 1,8 millones de euros; y el Ayuntamiento, que ha hecho de impulsor y ha cumplido con una partida de 400. Un presupuesto que se quedó en 4,3 millones de euros, gracias a que la competitividad de la decena de ofertas de constructoras contendientes afinó en más de 1,5 millones de euros el tipo de licitación, que se había fijado en 5,9 millones de euros. Cifras a las que hay que sumar 880.000 euros aportados por la Consejería de Interior y Justicia del Ejecutivo autonómico para el acondicionamiento del entorno.

La comunión de las administraciones, que durante mucho tiempo jugaron al despiste, marca «un ejemplo», como admitieron sus representantes, de lo que debe ser y no fue durante años. La espera para la ejecución, más incomprensible después de que los trabajos, anhelados varios lustros, se hayan resulto ahora por parte de la empresa adjudicataria, Dragados, en poco más de 13 meses, casi dos antes del plazo que se había establecido.

En este tiempo, desde que se empezó a colocar la señalización provisional de obras a mediados de octubre del 2009, se ha ejecutado la solución más lógica. El proyecto, pactado con los vecinos de la zona, apostó por el soterramiento del eje de la avenida de Portugal hacia la N-120, aunque con sólo un carril en cada sentido debido a la estrechez que imponen los edificios; suficiente, según el estudio de tráfico previo, para absorber los vehículos. La desaparición de esta carretera hace que en superficie quede espacio suficiente para los movimientos de carácter local, que se distribuyen a partir de una glorieta de dos carriles que facilitará el acceso a las viviendas y comercios del entorno, además de que permitirá la conexión con Doctor Fléming y la avenida de Antibióticos, que comunica con la carretera de Zamora. «Una piedra más para una ciudad moderna y sostenible», como describió el alcalde.

Desaparecidos los políticos con los discursos, la zona quedó en calma. A la salida del trabajo, alrededor de las 14.00 horas, los atascos de Michaisa eran una sucesión de coches que, en calma, se dirigían a casa. 20 minutos antes que de costumbre.

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