El ex embajador norteamericano siente «pena» por el daño causado
Uno de los personajes que más se cita en los cables filtrados por Wikileaks sobre España es, por razones obvias, el anterior embajador de Estados Unidos en Madrid (2005-2008), Eduardo Aguirre. El diplomático rompió ayer su silencio mediante un comunicado en el que asegura sentir «pena» al comprobar «el daño ocasionado a personas, entidades, gobiernos y países a ambos lados del Atlántico» por las filtraciones. Aguirre también destaca que la divulgación de los informes le ha causado «un grave disgusto personal».
El ex embajador elude comentar el contenido de los mensajes cifrados o su autenticidad. Lo que sí aclara es que él no es el autor de todos los mensajes pese a que «siempre salen firmados por quien encabeza la legación el día en que se envía, usualmente el embajador».
Aguirre recuerda que sus «funciones y deberes» en Madrid siempre fueron representar los intereses de su país en España y, simultáneamente «comunicar y esclarecer a mi gobierno los intereses de España en asuntos de interés común».
En algunos de los cables, sin embargo, se hacen análisis políticos y hasta psicológicos de altos mandatarios. Entre ellos, el Rey Juan Carlos, José Luis Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy, Alfredo Pérez Rubalcaba, José María Aznar y José Bono.