Condenan a 319 años al etarra que asesinó al general Oreja
Las huellas que dejó Juan Luis Rubenach en la matrícula de un coche abandonado sirvieron a la Audiencia Nacional para condenar al etarra a 319 años de prisión por el asesinato del general Justo Oreja en Madrid el 28 de junio del 2001. El alto mando del Ejército de Tierra falleció como consecuencia de las quemaduras sufridas tras explotar una bicicleta-bomba en la puerta de su domicilio. El tribunal absolvió por los mismos hechos al etarra Gorka Palacios, al considerar que no hay pruebas que confirmen su colaboración en la planificación del atentado.
El general Oreja, casado y con cuatro hijos, falleció un mes después del atentado como consecuencia de la gravedad de las quemaduras. La sentencia impone una indemnización de 70.000 euros para la viuda y de 20.000 para cada uno de sus hijos.
Como quedó probado en el juicio, celebrado en noviembre pasado, los etarras que asesinaron al general utilizaron un dispositivo de radio control de las mismas características de los empleados en los campos de adiestramiento de Venezuela donde participaban ETA y las FARC, según consta en los autos de procesamiento del juez Eloy Velasco. Instantes después de la explosión el grupo colocó un coche bomba en la misma calle para ganar tiempo en la huida. En la matrícula de ese vehículo la policía científica halló huellas dactilares de Rubenach.
1397124194 No comparecen. Como era previsible, el supuesto etarra Arturo Cubillas Fontán, procesado en la Audiencia Nacional por promover la colaboración entre ETA y las FARC en territorio venezolano, no compareció ante el juez que instruye la causa. El magistrado Eloy Velasco había citado ayer a Cubillas y al presunto colaborador de la banda, José Ángel Urtiaga, para tomarles declaración en el tribunal y cotejar de primera mano los hechos delictivos que se les imputan. Cubillas está acusado de homicidio terrorista y tenencia de explosivos en colaboración con banda armada y Urtiaga de colaboración con organización terrorista.
El juez Velasco no adoptó ninguna medida cautelar contra los acusados ya que sobre ellos ya pesan sendas órdenes de busca y captura.