Fomento excluye al aeropuerto leonés de la privatización por ser militar
La propuesta del ministro José Blanco afecta a trece torres de control de España
En la comparecencia del ministro de Fomento, José Blanco, con motivo del caos aéreo originado por el plante de los controladores aéreos, éste anunció la privatización del control aéreo en trece instalaciones aeroportuarias españolas, entre las que se excluye la del aeropuerto leonés debido a su carácter militar.
Las comunidades autónomas podrán participar en la gestión de los aeropuertos de su territorio. El ministro de Fomento, José Blanco, abrió ayer en el Congreso de los Diputados una suerte de 'puerta de atrás' para las regiones, que desde hace tiempo demandan 'algunas más que otras' su parte del pastel aéreo.
Si hasta ahora, así lo había señalado el Gobierno, Barajas y El Prat iban a ser gestionados a través de una concesión pura y dura al mejor postor (siempre que este tuviera capacidad técnica y financiera suficiente), ahora Fomento se plantea otra posibilidad para el aeropuerto barcelonés y, por ende, para el resto de instalaciones: la de la creación de una filial de Aena en la que podrían participar tanto instituciones y grupos de interés locales y autonómicos como empresas.
Esa tercera vía (junto a la gestión directa por Aena y la concesión) adolece, según el texto del polémico real decreto del viernes, de una absoluta indefinición. Tanta, que permite seguir estudiando todas las posibilidades, intereses y fórmulas posibles para que los gobiernos regionales entren en las filiales junto a operadores 'reconocidos' en el negocio. Blanco desveló la nueva alternativa a preguntas de los diputados catalanes, que reclamaban una vez más un papel preeminente para la Generalitat. «Yo anuncié que la preferencia del Gobierno era sacar a régimen concesional la gestión, pero existe la posibilidad de que se pueda gestionar a través de una sociedad filial», dijo el ministro.
En una comparecencia que sirvió para relatar los encontronazos entre Aena y los controladores, Blanco anunció que su departamento liberalizará el próximo año las torres de control de Alicante, Valencia, Ibiza, La Palma, Lanzarote, Fuerteventura, Sevilla, Jerez, Sabadell, Cuatro Vientos, Vigo, La Coruña y Melilla. Contra la rebelión, privatización. Esa es la receta del ministro, sabedor de que el gesto será un duro golpe a los controladores, que pierden terreno de juego y cuota de poder, y una nueva vía de ingresos para el operador público.
La guerra con los vigilantes del cielo, más allá de sucesivos estados de alarma, no puede eternizarse. Ante una negociación que se antoja imposible, Fomento aboga por el arbitraje; mejor voluntario que impuesto por los tribunales. Los controladores ya lo rechazaron en agosto, pero no les quedan muchas más alternativas después del reciente caos aéreo. Aena ya tiene en mente tres o cuatro nombres de juristas de reconocido prestigio que podrían ser el 'hombre bueno' que resolviera el entuerto.