El carbón nacional es ya más barato que el mineral de importación
El carbón que se produce hoy en las minas españolas (o que debería producirse, si se supera la grave situación actual y los trabajadores vuelven a los tajos) es más barato que el de importación. Frente a la escalada de precios de los últimos meses, que los expertos auguran que se mantendrá al menos en los próximos dos años, el coste del mineral nacional es estable gracias a un sistema de precios fijados. En la actualidad el precio del carbón internacional puesto en puerto es de 132 dólares por tonelada, frente a los 82 dólares que cuesta la misma cantidad de carbón nacional. Mientras los analistas calculan que el mineral de importación llegará este año a los 145 dólares por tonelada, y en el 2012 alcanzará los 160 dólares; el carbón nacional se mantendrá en el mismo precio. Es decir, será cada vez más rentable para las empresas utilizar el mineral autóctono.
En el caso de térmicas como las leonesas, el carbón nacional en la central tiene actualmente un coste de 70 euros por tonelada, frente a los 120 euros que cuesta el de importación (hechas ya las correcciones de calidad). En el caso de las gallegas la quema de carbón nacional es imposible porque hace pocos años llevaron a cabo una importante inversión para adaptar sus instalaciones a las características del carbón de importación.
Dos años de vaivenes. Los vaivenes en los precios internacionales de las materias primas han traído de cabeza al sector del carbón en los últimos años. Las eléctricas recibían tradicionalmente un incentivo al consumo de mineral nacional (la conocida como peseta/kilovatio), para compensar la diferencia de precio entre el carbón autóctono, más caro, y el internacional. La escalada de precios de las materias primas llevó al carbón internacional a alcanzar un precio de 219,35 dólares por tonelada en julio del 2008, mucho más caro que el carbón nacional, a pesar de lo cual las eléctricas siguieron cobrando el incentivo.
Supresión. Ante esta situación el Gobierno decidió suprimir esta compensación al año siguiente, justo cuando los precios de las materias primas se desplomaron: la tonelada de carbón de importación llegó a costar 58 euros por tonelada. Con el mineral extranjero más barato y sin incentivo para el nacional, las eléctricas se negaron entonces a cumplir los compromisos legales fijados en el Plan del Carbón para consumir mineral español.
Se inició ahí, hace aproximadamente año y medio, un pulso entre las todopoderosas eléctricas y la administración que ha puesto contra las cuerdas al sector minero. Sin posibilidad de vender su producción desde entonces, sólo con medidas parciales como el Almacenamiento Estratégico Temporal de Hunosa, las empresas mineras han ido padeciendo un estrangulamiento financiero que las ha colocado en situación de quiebra, y con grave amenaza de entrar ya en concurso de acreedores.
Hoy, a la espera aún de que entre en vigor el nuevo sistema de incentivo al consumo del carbón nacional, lo que obligará a las térmicas a quemar otra vez y permitirá a las mineras facturar y tener ingresos; el carbón nacional es ya, incluso sin en incentivo, más competitivo que el de importación. Sin embargo, la actividad se mantiene paralizada y el sector al borde en el límite de la supervivencia.