La estación provisional permitirá quitar las vías en la ciudad a partir de primavera
El trazado desaparecerá para poder prolongar Ordoño y urbanizar Doctor Fleming en el paso a nivel
El Ensanche es un concepto antiguo. Una definición que se dio para hacer ver que el León histórico se había desbordado en una ciudad nueva que lindaba con el río Bernesga. Más allá estaba el oeste, un territorio nada metafórico forjado a hierro. Una mancha en color negro que reclama su entrada en el tejido urbano al ritmo de la alta velocidad. La infraestructura que, una vez se ponga en marcha la estación provisional en primavera -"entre marzo y abril-", hará que empiecen a levantarse las traviesas que han condicionado el crecimiento de este área de la capital, según confirma el Ministerio de Fomento, que descarta que se barajen otras opciones en las que la traza sin mantenga para poder circular los trenes por la superficie de la ciudad si hubiera alguna incidencia en el Enlace Sur. El día que el primer tren estrene la terminal que se construye ahora en la perpendicular a la calle Astorga, se levantará la barrera del paso a nivel del Crucero por última vez.
No hay ningún otro escenario contemplado en el proyecto, según insiste el ministerio. Pese a que en los albores de la planificación se llegó a plantear la opción de que las vías estuvieran sobre la ciudad hasta que terminara el soterramiento, como se ha hecho en otras ciudades para favorecer la operatividad de las circulaciones de los trenes, la alternativa se descartó por la necesidad de dejar marcados los dos primeros hitos significativos de la integración: la prolongación de Ordoño II a través de la avenida Palencia y su entrada en el Crucero, gracias a la eliminación de los raíles y la ejecución de una calle de comunicación, y la retirada por completo de las vías que convierten el cruce de Doctor Fleming en una invitación al traqueteo. A partir de ahí, se abren más de un millón de metros cuadrados de terreno en los que aparecerá la nueva ciudad, desbordada en el municipio de San Andrés, en la que se levantarán 5.853 viviendas, se crearán 100.000 metros cuadrados de equipamientos educativos, sanitarios o sociales y se liberarán 180.000 metros cuadrados de zonas verdes y plazas.
El calendario de trabajo que hay sobre la mesa es escrupuloso con la consideración de los labores que se derivarán de la puesta en funcionamiento de la estación provisional. La infraestructura sirve para que los convoyes lleguen y salgan en retroceso hasta el Enlace Sur, desde donde cogen la circunvalación para no cruzar la ciudad, con tres direcciones posibles: Castilla, Galicia y Asturias.
Este mecanismo del by-pass posibilita que se pueda trabajar en la integración del tramo urbano. Desde esta óptica, lo primero que se hará cuando se corten las circulaciones por la capital leonesa será la prolongación de Ordoño II, que cruzará el puente de los leoneses y se extenderá por la avenida de Palencia hasta tocar el barrio de la Vega. Para cumplir con este proyecto, en apenas una semana se eliminarán las vías que coinciden con el tramo de construcción de la nueva calle, que dibujará además un acceso perpendicular para la parada de taxis, coincidente con el lateral de la estación provisional, al lado opuesto de los juzgados.
La segunda muesca en la culata de la integración toma cerca de un mes de plazo desde la fecha de apertura de la estación provisional. Justo el tiempo en el que Adif calcula que se podrán resolver las conexiones de la catenaria entre la terminal actual y el cruce de Doctor Fléming. Ahí se mostrará la cauterización de la llaga. Con la barrera inutilizada desde el corte de las circulaciones y la vía dada de baja, la labor se centrará en sacar los raíles que están insertos en el asfalto de manera histórica. Muestra de que el paso a nivel del Crucero queda en un recuerdo.
La apuesta por estos dos escenarios para exhibir que integración el ferrocarril en la ciudad desarbola la opción de mantener la vía dada de alta, con posibilidad de que, en caso de una incidencia, se pueda poner en servicio. Una eventualidad que se alentó con los fallos que hubo en el Enlace Sur, donde en enero hubo que cortar la circulación durante más de dos meses por problemas geotécnicos que generaron grietas en la estructura que sobrevuela la N-630, a la altura de Onzonilla. Los defectos, causados por la filtración de las lluvias en los terraplenes, obligaron a consolidar, impermeabilizar y reforzar el viaducto, apenas 15 meses después de que Zapatero inaugurara el proyecto, en el que se invirtieron más de 30 millones de euros. Pese a que en primavera todavía hubo que hacer un nuevo sellado y se decidió limitar las circulaciones por el paso a 60 kilómetros por hora, el Ministerio de Fomento informó ayer mismo de que no hay ninguna incidencia ni riesgo, una vez recepcionadas las obras, que estaban en periodo de garantía. «Se han hecho varios controles de nivelación y los ha pasado todos», comunicaron desde el gabinete de prensa de José Blanco.
La seguridad en que el Enlace Sur no se cortará de nuevo hace que no contemplen otra opción que levantar las vías en la ciudad. Una vez retiradas, si hay una avería, no quedaría más alternativa que el autobús para llevar a los pasajeros desde donde se corte hasta otro punto de embarque.