Recuerdo a Gregorio Ordóñez y Jiménez Becerril
El 23 de enero de 1995, ETA asesinó a Gregorio Ordoñez. Mariano Rajoy aprovechó la efeméride para glosar en él y en el concejal sevillano Alberto Jiménez Becerril -”acribillado por un comando que también acabó con la vida de su esposa Ascensión García-” el emotivo homenaje que la Convención Nacional del PP dedicó a las víctimas de ETA.
Una cerrada ovación que sirvió de prólogo para que el líder de los populares refrendara su tesis de que sólo la ley podrá acabar con el terrorismo. «Aquí no caben atajos ni componendas ni concesiones: los terroristas no pueden participar en la vida y en las instituciones democráticas».
Rajoy advirtió una vez más al Gobierno de que «permanecerán vigilantes» para que no se abandone el camino de la lucha antiterrorista y, sobre todo, para evitar que Batasuna o cualquier «marca blanca» de ETA pueda concurrir a los comicios municipales del próximo mayo.
«Yo quiero una España que haga justicia y que honre a las víctimas del terrorismo siempre», acotó Rajoy. Por ello se acordó «de tantos españoles de bien, de tantos servidores del interés general, de tantos amigos y compañeros que no olvidamos y hacia los que tenemos un deber de justicia».
Más ideas. La problemática terrorista sirvió a Rajoy para hilvanar otra de las ideas que quiso transmitir en la clausura de la Convención Nacional que su partido ha celebrado en Sevilla: la necesidad de «fortalecer y restaurar» el crédito de algunas instituciones como el Parlamento, el Tribunal Constitucional o el modelo judicial. «Con la Constitución, con instituciones fuertes y con la ley es como vamos a derrotar al terrorismo», espetó.
Pero, a su juicio, España también necesita acometer la reforma de sus instituciones para «garantizar» la libertad y la seguridad y para hacer efectivos los derechos en los que se basa nuestra convivencia, justicia y bienestar. Rajoy dijo sentirse «un privilegiado» por presidir el PP a pesar de que la tarea «no ha sido fácil».
Javier Arenas, que antecedió a Marino Rajoy en la tribuna de oradores, quiso dejar constancia de la asistencia al plenario de víctimas de otro tipo de violencia. En concreto, saludo a los padres de Marta del Castillo y de Mari Luz Cortés, las niñas que fueron asesinadas en Sevilla y Huelva, respectivamente.