Diario de León

Rajoy pide a Rubalcaba que aclare el papel de su número dos en el 'Faisán'

El PP cree que el caso es como el GAL, «pero al revés» porque la víctima es la policía

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r. gorriarán | madrid
León

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El PP está convencido de que el chivatazo a ETA afecta de lleno a Alfredo Pérez Rubalcaba, y pone en serio riesgo sus posibilidades de ser el sucesor de José Luis Rodríguez Zapatero en las elecciones de el 2012. El partido opositor, por tanto, no va a permitir que el vicepresidente primero y ministro del Interior se vaya de rositas, como si no fuera con él el asunto. Mariano Rajoy anunció ayer que va a exigir «una explicación» al número dos del Gobierno sobre su papel en el aviso del 4 de mayo del 2006 a miembros del aparato de extorsión de la organización terrorista que operaban desde el bar Faisán de Irún.

El líder de la oposición cree que Rubalcaba «miente» cuando dice que las comunicaciones entre los policías que intervinieron en aquella operación y el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, son las normales cuando está en marcha una actuación de las fuerzas de seguridad contra ETA. El vicepresidente así lo ha dicho en el Congreso en alguna de las respuestas a la treintena de preguntas que han formulado los diputados del PP sobre este particular. Pero el hecho de que haya aparecido el número de un teléfono que usa su número dos en Interior en un sumario judicial ha reforzado las creencias de Rajoy. «Exigiremos al ministro Alfredo Pérez Rubalcaba una explicación ante las últimas informaciones», anunció el presidente del PP en un comentario colgado en su perfil de la red social Facebook. Unas aclaraciones que, de momento, se limitarán a nuevas preguntas de los parlamentarios populares al vicepresidente en la sesión de control al Gobierno de la próxima semana, pero sin descartar iniciativas de más enjundia como interpelaciones o sesiones monográficas en la comisión de Interior del Congreso.

La secretaria general del partido también anunció que van a estrechar el cerco político sobre Rubalcaba porque es «absolutamente urgente» que dé una explicación «clara» sobre los responsables políticos del chivatazo y sin refugiarse en «las evasivas». Dolores de Cospedal recordó que el sumario de la causa figura un teléfono que utilizaba en el 2006 el secretario de Estado.

Si se confirma en sede judicial que ese número corresponde a un móvil de Camacho, es muy probable que sea citado a declarar en calidad de testigo por el juez de la Audiencia Nacional que instruye el caso, Pablo Ruz. Sería el segundo secretario de Estado de Seguridad citado en los tribunales por asuntos de terrorismo, el anterior fue Rafael Vera en los últimos años del Gobierno de Felipe González por el secuestro de Segundo Marey a manos de los GAL.

A este grupo de la guerra sucia contra ETA aludió el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, para afirmar que lo que ocurre con el chivatazo es «como el GAL, pero al revés» porque en lugar atacar a los terroristas es «una caso de guerra sucia contra la Policía». Pons afirmó que es un asunto «gravísimo» en el que Rubalcaba lleva «años mintiendo del Parlamento».

Las organizaciones gremiales de la Guardia Civil y la Policía también ven una mano política detrás de los episodios del bar Faisán. El Sindicato Unificado de Policía consideró que «habrá que exigir responsabilidades políticas» si se confirma que los teléfonos que aparecen en el sumario corresponden al Ministerio del Interior.

La Unión de Oficiales de la Guardia Civil apuntó que la investigación judicial ahora va por «el mejor camino» para esclarecer quién dio el chivatazo .

En el Gobierno y en el PSOE reinó el silencio. Sólo lo rompió el portavoz en el Congreso, José Antonio Alonso, para mostrar su «confianza plena» en la actuación de los cargos de Interior.

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